Preocupante final de misión

Preocupante final de misión

No puede ser descrita de otra forma más que como craso error que presagia más problemas para República Dominicana la decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de culminar en octubre próximo el programa de asistencia en materia de seguridad y orden que ha existido en Haití, última presencia tutorial de la comunidad internacional que ha funcionado allí con el objetivo de fortalecer el ejercicio democrático y de derechos. Se trata de una asistencia ahora mínima que puede ser útil aunque sus resultados no parezcan satisfactorios todavía. Un Estado débil pretendiendo regir conglomerados volátiles en los umbrales de elecciones no debe quedar sin la cooperación in situ de una misión de seguimiento al proceso de normalización de actividades económicas, sociales y de poder en Haití.
Una y otra vez salen a escena grupos que pretenden suplantar la autoridad constituida con la legitimidad que las circunstancias permiten allí, siempre dispuestos a hacer trizas los mandatos antes de su expiración. La cultura del diálogo para la interacción entre exiguas pero beligerantes banderías tiene pocas manifestaciones en Haití. Señalado como el país más pobre de América, en lo material y productivo, lo es también en formación de recursos humanos y convivencia. Sus calamidades sociales hacen más numerosa la emigración no regulada con preocupante impacto en la demografía dominicana.

Un desamparo que se multiplica

Una nefanda corona va hacia la testa de este país en marcha apresurada por la violencia machista que sigue llevando orfandad a más y más menores de edad; estadística luctuosa que inflige singular sufrimiento a esta sociedad. Día a día, y hasta en presencia de los propios vástagos de víctimas y victimarios, muchas tiernas existencias llegan al desamparo por disparos y cuchilladas.

La infraestructura legal y de asistencia social del Estado destinada a llenar el vacío de paternidad causada por la desangrante epidemia de femenicidios debe crecer prontamente en espacios físicos y manejo profesional de los casos. Personal competente y probo operando en los refugios; profesionalidad y entereza para la asignación cuando proceda de hogares sustitutos para los pequeños humanos brutalmente despojados de crianza y nido.

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