Preparan juicio contra Lucio

Preparan juicio contra Lucio

QUITO (EFE).- Resucitado gracias a la reunión que mantuvo hace ocho días en Panamá con el presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, el espectro político del ex gobernante Abdalá Bucaram amenaza ahora a la misma continuidad del actual primer mandatario.

   Diversas fuerzas políticas en el Parlamento unicameral ecuatoriano, integrado por cien diputados, intentan elaborar propuestas para un juicio político contra Gutiérrez por presunto «mal uso de recursos públicos y traición a la Patria».

   Los primeros intercambios de opiniones efectuados por los grupos parlamentarios ayer, martes, no definieron pruebas concretas ni alianzas políticas suficientes para fundamentar la censura, pero los portavoces anunciaron que la actividad seguirá en esa misma línea.

   Mientras, el propio Bucaram, que se encuentra exiliado en Panamá desde 1997 tras un corto mandato presidencial de seis meses, hizo saber que se propone regresar a Ecuador en el plazo máximo de seis semanas.

   Jacobo Bucaram, hijo mayor del ex mandatario destituido por el Congreso por presunta «incapacidad mental para gobernar», aseguró que su padre estará antes del 17 de octubre en el país para «hacer frente como hombre y como político a sus enemigos, y para quedarse, por las buenas o por las malas».

   Esa fecha de octubre es políticamente estratégica porque tendrán lugar las elecciones locales y municipales en Ecuador, y no pocos analistas anticipan un severo revés para el gobernante Partido Sociedad Patriótica, de Lucio Gutiérrez.

   De hecho, la principal acusación contra Gutiérrez se basa en la hipótesis de que el presidente habría aceptado facilitar el regreso al país de Bucaram, que está procesado por malversación de fondos públicos, a cambio de que la formación que éste lidera, el Partido Roldosista de Ecuador, le apoye en las elecciones de octubre.

   Desde los movimientos indígenas, pasando por los izquierdistas, democristianos y socialcristianos, un amplio abanico de fuerzas parlamentarias acusó en días pasados a Gutiérrez de reunirse con un prófugo de la justicia y de intentar manipular al poder judicial, quebrantando así normas constitucionales.

   No obstante, y como ya quedó demostrado en Ecuador en anteriores ocasiones, la obtención de pruebas acusatorias y la suma de fuerzas parlamentarias suficientes para derrocar a un presidente depende de factores múltiples y complejos.

   Abrumado por las críticas, Gutiérrez afirmó que la comisión de juristas sobre el caso Bucaram que podría llegar a formarse tendría tan sólo un carácter asesor, y acusó a algunos de sus adversarios políticos de «conspirar contra el régimen democrático».

   Javier Sandoval, diputado del Partido Social Cristiano (PSC), el primero en el Congreso con 24 de los 100 diputados, replicó que «el único conspirador contra el Gobierno es el propio presidente, que ha malentendido y malinterpretado a las instituciones democráticas».

   El PSC anunció que pedirá que el gobierno ecuatoriano solicite al de Panamá que retire el asilo político a Bucaram, y su líder, León Febres Cordero, alertó sobre «la contaminación política que sufre una parte de la cúpula de las Fuerzas Armadas».

   El ex presidente de Ecuador agregó que «algunos altos oficiales están alcahueteando asuntos incalificables».

   Mientras determinados comentaristas políticos locales opinan que Bucaram ha logrado darle «el abrazo del oso» a Gutiérrez, éste procedió a efectuar cambios en importantes cargos de la administración del Estado.

   En lo que algunos analistas creen que puede ser el avance de una remodelación ministerial, Gutiérrez cesó el lunes a la directora del Servicio de Rentas Internas, Elsa de Mena, y al director de la Agencia de Depósitos, Ramiro Espín, al tiempo que presentaba su dimisión la secretaria de Comunicación de la Presidencia, Yolanda Torres.

   En éstas circunstancias, Ecuador vive la paradoja de que Gutiérrez, que se aproximó a Bucaram con la intención de apuntalar su propia situación política, puede llegar a correr el riesgo de acabar como él si prosperan las iniciativas parlamentarias en su contra. EFE

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