Para la mujer, sentir un ser creciendo dentro de su vientre es una experiencia extraordinaria. Y es que el privilegio de ser madre se convierte en una bendición desde el momento en que se conoce que se está a la espera de un bebé.
Pero como explica Indhira de la Cruz, psicóloga escolar-terapeuta, familiar y de pareja, del Centro de Aprendizaje y Psicología (CAP), cada cambio de ciclo de vida trae consigo su período de desequilibrio, crisis, adaptación y cambio, ya que el paso a una nueva etapa de la vida implica para el individuo y la familia una serie de reajustes que exigen el dominio de nuevas tareas, propias de esa etapa, por parte de todos los miembros de la familia. Y el período del embarazo no es la excepción.
Una mujer que durante el periodo matrimonial ha elaborado una dinámica relacional de convivencia con su pareja, se encuentra que el nacimiento de un niño plantea nuevas tareas familiares y desestabiliza las antiguas pautas de relación de la pareja.
Para muchas, este es un delicioso período lleno de expectativas mutuas, pero para otras embarazadas es un período lleno de angustia, ansiedad y crisis, dijo la terapeuta.
Explica que durante este periodo la mujer puede manejar mucha ansiedad que de alguna manera pudiera afectar el desarrollo de su gestación. Los cambios físicos, hormonales y psicológicos pueden variar su percepción del mundo y de ella misma.
Adaptarse psicológicamente al embarazo lleva su tiempo y cada trimestre conlleva su propio proceso. Es muy importante tener en cuenta que al mismo tiempo que el bebé se va formando en su vientre, una madre se va formando psicológicamente.
Durante este período es muy importante el apoyo de la pareja, ya que el padre será el encargado de valorar y reforzar una actitud positiva de la futura madre, aliviando esos miedos y dudas de la mujer. En este sentido, debemos tener en cuenta que el hombre también tiene que adaptarse a la nueva etapa y por tanto es posible que aparezcan dudas e inseguridades que le hagan apartarse de su mujer y refugiarse en el trabajo, señaló la especialista en la conducta humana.
Destaca que entre los factores que inciden en el desarrollo de altos niveles de ansiedad están los cambios hormonales, físicos y emocionales.
Miedos. Otro aspecto muy común en la mente de una embarazada son los continuos miedos señala Indhira de la Cruz. Es normal sentirlos en este ciclo de vida, ya que es una situación novedosa en la vida de una mujer y está llena de muchos cambios y expectativas.
Los temores, sobre todo las mujeres primerizas, son sobre el buen desarrollo del embarazo, malformaciones congénitas y las posibles complicaciones durante el parto. También les asustan todos los cambios que se producirán en su vida.
Otro elemento que preocupa mucho a la mujer es la sexualidad durante el embarazo, ya que durante este periodo el deseo sexual suele variar.
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Preparación física
Como consecuencia del sedentarismo de la vida moderna no estamos habituados a ejercitar nuestro cuerpo en todo su potencial, y muy raramente llegamos a la elongación completa de nuestras articulaciones. Esto significa que nuestros músculos, al estar en tan poca actividad, van perdiendo su elasticidad natural. Por esta razón es importante que las articulaciones y los músculos de la pelvis sean trabajados y relajados durante el embarazo, ya que facilitarán el proceso de encaje del bebé y ayudarán a la dilatación del canal muscular por donde pasará el bebé en el momento del parto, explicó el doctor Frank Ariza, gineco-obstetra/colposcopista y ginecólogo pediatra. El profesional de la medicina explica que existen una serie de ejercicios que han sido estudiados por médicos especialistas, los cuales permiten diferentes beneficios, entre los que se destacan: una mejoría en la postura y apariencia, alivio del dolor de espalda y los músculos.