Todos los niños han sufrido agresión por parte de un hermano o un amigo en algún momento de su vida. Pero cuando  se convierte en un acoso constante puede afectar significativamente el desarrollo psicosocial del niño y hacer que cosas normales, como salir a recreo o ir al parque, se conviertan en una pesadilla.  

¿Cómo saber si el niño sufre “bullying”?  Lo más difícil de identificar el “bullying” es que a menos que el abuso sea físico, no siempre resulta evidente. Pero debe prestar atención especial si su niño:  no come ni duerme bien, ha abandonado actividades que le gustaban, está malhumorado o se enoja más que de costumbre, o de repente comienza a evitar las visitas a determinados espacios.

En todo momento, hágale saber a su hijo que puede confiar en usted, y que es importante que le comunique a alguien mayor, sean sus padres, maestros o hermanos, si está sintiendo acoso en alguna manera.

Algunas recomendaciones para evadir estas situaciones son abandonar el lugar si se encuentra a solas con un agresor o mantenerse cerca de un amigo en tal caso.

 Llorar y demostrar enojo ante los agresores les hace sentirse más poderosos. Si alguien le agrede, es recomendable que el niño no demuestre el enojo, ni llore. No es fácil, pero le ayudará mucho a salir del  blanco de ataque.

Enseñe a su hijo a hablar con firmeza y pedir al agresor que se detenga, antes de marcharse.