Preparemos la segunda separación

Preparemos la segunda separación

Ante la indiferencia, el descuido y la falta del raciocinio lógico de nuestras autoridades, los poderes fácticos, los políticos y los sindicatos entre otros, que le están dando al problema haitiano que se agiganta cada vez más, por admitir las presiones de naciones y organismos internacionales, resulta inexplicable. Todo lo cual daña y perjudica a la nación dominicana y amerita urgentemente, que con el pueblo, le demos inicio a preparar la segunda separación continuadora de la que preparó la sociedad secreta La Trinitaria.

No entendemos cómo permitimos desde hace tiempo, que a la nación dominicana se le calumnie, se le difame; difundiendo por todo el mundo toda clase de maledicencias. Y las respuestas a esas afrentas se hacen muy timoratamente, con miedo, con el rabo entre las piernas, como si fuéramos culpables de cometer crímenes horrendos.

En la actualidad no se puede comparar, ni es igual, la causa y los motivos contenidos en la: “Manifestación de los pueblos de la parte del Este de la Isla antes Española o Santo Domingo, sobre las causas de su Separación de la República Haitiana” de fecha 16 de enero de 1844 y 1ro. de la Patria, que proclamó: Separación, Dios, Patria y Libertad. Debido a que en estos momentos, no existe una ocupación militar del territorio; pero ante el desentendimiento con que nos conducimos, aceptar la ilegalidad como norma, no puede admitirse. Tal comportamiento lesiona al país, situación muy bien aprovechada por los difamadores y por el desorden institucional que nos gastamos.

Nos calumnian con la esclavitud, cuando la declaración de independencia de enero de 1844, señala que: “En el cual y bajo sus leyes fundamentales protegerá y garantizará el sistema democrático: la libertad de los ciudadanos, aboliendo para siempre la esclavitud: la igualdad de los derechos civiles y políticos sin atender a las distinciones de origen y de nacimiento”. Con éstos enunciados entre otros, por qué aceptar tanta infamia.

La capitulación de las autoridades haitianas de Santo Domingo y la salida de sus ciudadanos se hicieron honrosamente sin atropellos. Por lo cual las repatriaciones en esta segunda ocasión de los ilegales, sin papeles e indocumentados será hecha igual a la ocurrida a partir del 29 de febrero de 1844 que les garantizó su retirada.

Esta segunda separación buscando una solución efectiva para evitar que el perjuicio al país se amplíe más. Debe producirse sin contemplaciones, ejecutando las repatriaciones lo antes posible. Enviando a otro lado al ilegal que perjudica al sector más pobre de los dominicanos, que afecta el desempleo galopante en la zona rural y urbana y el chiripeo informal. Si los vecinos necesitan ayuda que les sea prestada, pero al otro lado del territorio dominicano para que cesen las calumnias contra nuestra nación.

Con Juan Sánchez Ramírez se definió en 1809 la situación de los territorios de la Isla de Santo Domingo, uno con idioma francés y otro con idioma español. La actuación de José Núñez de Cáceres en 1821, se malogró por la invasión de Boyer en 1822. Causa del recelo que provocó la primera separación.

La preparación de la segunda separación debe ser pacífica; como ocurrió en marzo de 1844. Por tanto, la nación dominicana no puede ni debe permitir que exista ni una sola hoja de papel ilegal en su territorio, aunque esté aupada y encubierta por la cacareada corrupción, la blandenguería y la exigencia extranjera.

El pueblo dominicano en su momento no les perdonará a los responsables de estos desaciertos, el perjuicio que por sus irresponsabilidades le han causado a la nación dominicana.

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