Una de las opciones más viables para enfrentar la escasez de agua potable de Santo Domingo durante los períodos de sequía es aprovechar el potencial de las aguas superficiales del Río Haina, cuya cuenca en las proximidades del municipio de Pedro Brand conduce 12.5 metros cúbicos por segundo promedio anual, y construir un embalse para evitar que se pierda en temporada de lluvia.

Todo este caudal se pierde, según expertos hidráulicos, por falta de control de los picos de avenidas que se registran cada período lluvioso, haciendo falta en la temporada seca, cuando sus caudales mínimos registrados están por debajo de 0.5 metros cúbicos por segundo debiendo cesar de operación el sistema de abastecimiento de Haina-Manoguayabo por falta de agua en el río.

En los períodos de lluvias torrenciales y grandes intensidades, el sistema de Haina también queda fuera de servicio por falta de capacidad de la planta potabilizadora para manejar grandes turbiedades, lo que significa que no solo le afecta el período seco, sino también en la temporada de lluvia. Se recuerda, indicaron, que la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) tiene en carpeta un proyecto para la construcción de la Presa Río Haina, la cual produciría seis metros cúbicos por segundo, o sea, 137 millones de galones diarios de forma segura durante todo el año, que además de ser por gravedad, generaría la energía que el propio sistema consumiría en sus operaciones, aprovechando el flujo que dejaría pasar para riego y caudal ecológico.

Esta presa sería la primera en el país construida exclusivamente para abastecimiento, olvidando el debate de quién tiene o no la prioridad de uso.

Según los registros, el déficit de la CAASD cada año varía entre 70 y 90 millones por día, por lo que el sistema regulado de la presa de Haina superaría este valor, dejando al pasado la crisis que se produce durante el período de sequía.

El proyecto llevaría agua por gravedad hasta Santo Domingo Norte, una zona que tradicionalmente ha sufrido dificultad de abastecimiento, limitando su desarrollo”.

“Por las razones expuestas podemos decir que estos seis metros cúbicos por segundo que está supuesta a aportar esta fuente de agua nunca están disponibles por falta de regulación en el río Haina”, señalan.

Explican que aunque algunos expertos opinan que reforestar puede ser la solución, en este caso no es suficiente para garantizar los caudales requeridos.

Señalando que la escasez de agua que se observa actualmente en el país no es algo nuevo, pero para el Gran Santo Domingo, que acoge más del 30% de la población del país, la situación va en aumento según crece la población, y que el problema se presenta cada año con mayor intensidad sin que haya un planteamiento definitivo a la solución de la crisis de agua para consumo.

Precisan que las medidas tomadas por los gobiernos de turno para afrontar la escasez se basan generalmente en las mismas utilizadas cada año: utilizar camiones cisterna para suplir agua a los barrios y la rehabilitación de pozos, que regularmente son abandonados luego de la crisis por el alto costo de operación y su bajo rendimiento.

Los expertos sostienen que la matriz de la CAASD cuenta con sistemas por gravedad y por bombeo, pero que por bombeo consumen el 90% de los costos operacionales de esa entidad para producir menos 65% de la oferta de agua.

Especialistas en hidráulicas sostienen que como repuesta a la deficiencia en el suministro de agua potable, los proyectistas de edificaciones del Gran Santo Domingo promueven la construcción de pozos propios, “pero debemos recordar que la Ciudad de Santo Domingo cuenta con una baja cobertura de redes de alcantarillados sanitarios, por lo que estos nuevos edificios también solucionan su problema de disposición de agua residuales mediante pozos perforados a escaso metros de la captación de agua en sus propios predios o de predios vecinos”.

Señalan que aunque son extracciones de agua de bajo caudales, no se puede dejar de lado la gran cantidad de pozos perforados en la ciudad para captar aguas subterráneas, haciendo más costosos para los usuarios el obtener el agua de consumo, con la agravante de que muchos de esos pozos están próximo de otros filtrantes de disposición de aguas residuales, lo que representa un riesgo potencial de contaminación del acuífero.