POR FERNANDO QUIROZ
El ingeniero Leandro Guzmán dijo ayer que las presas de Hatillo, en Cotuí, y la de Tavera-Bao, sólo representan peligro para las poblaciones agua abajo si la operación de sus embalses es mala.
Ambas presas, sostuvo, fueron estudiadas y construidas para proporcionar el almacenamiento de un determinado volumen de agua con un comportamiento que no afectaría a las poblaciones aguas abajo.
Precisó que en verano y otoño los embalses de las presas en el país deben mantenerse en el nivel medio de operación.
En caso de contigencia establecida por la Meteología, agregó, hay que bajar al nivel mínimo de operación a fin de mantener el embalse con una disponibilidad de captar grandes precipitaciones que se produzcan.
De esta manera el ingeniero Guzmán respondió a la advertencia hecha por su colega Salvador Dájer, de que la prensa de Hatillo y la de Tavera-Bao son dos amenazas que pueden llevarse todos los pueblos aguas abajo en caso de que continúen temporadas de lluvias similares a la reciente, por la poca capacidad de sus vertederos..
Guzmán dijo que Hatillo y Tavera-Bao no necesita nuevos vertederos. Sobre la presa de Tavera-Bap dijo que el primer problema consiste en que la cuenca hidrográfica del río Yaque del Norte no ha sido reforestada como había sido recomendado. Esa situación ha permitido una sedimentación que reduce su vida útil. Es una presa, añadió, con estructura de baja montaña, cuyos beneficios principales están dirigidos a la agricultura y secundariamente a la producción de energía. Sirve de control de avenidas del río Yaque del Norte.
HATILLO
Si la presa de Hatillo no se hubiera construido, las comunidades de Arenoso y el Bajo Yuna fácilmente habrían desaparecido para siempre, dijo el ingeniero Guzmán.
EXPERIENCIA
Guzmán participó en la revisión de los estudios de la presa Tavera-Bao con la compañía Lahmayer International de Alemania y en la presa de Hatillo como encargado de la supervisión, conjuntamente con la empresa Italo-Consult.