POR SORAYA ARACENA
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Es en las artes populares donde, con mayor fuerza, se aprecia el mestizaje cultural y racial que forma parte lo que es la cultura dominicana. La historia de nuestras artesanías, al igual que la de otros pueblos del Caribe, inicia con nuestra extinta cultura taína.

A su llegada, los colonizadores europeos en el año 1492, encontraron que los taínos realizaban variados objetos, algunos utilitarios, como los pilones o morteros de piedras y otros asociados a su religión como los cemiés.

Los europeos trajeron diversos objetos, en especial los que estaban vinculados al trabajo y que, con el paso de los siglos, han seguido siendo reproducidos por nuestros artesanos. Un ejemplo es el de las sillas en cuero para montar caballos.

Más tarde, debido a la extinción de los taínos, fueron traídos grupos de africanos, quienes desarraigados de su hábitat y por las duras condiciones del viaje que se les impuso, no trajeron  nada de su cultura material, aunque tenían una rica tradición artesanal.

Cultura que, posteriormente, recrearon haciendo uso de su memoria colectiva.

La existencia de la esclavitud contribuyó a perpetuar la solidaridad entre los diversos grupos africanos ya que los esclavos fueron traídos en conjunto y se necesitó la cooperación mutua para poder sobrevivir.

“Por lo que crearon un mundo que reforzó sus creencias tradicionales; su participación en rituales, festivales y ceremonias religiosas ayudó a asegurar la persistencia de los patrones de expresión artística africana mucho después de su emancipación”.

Estas expresiones artísticas, se manifiestan en varios objetos artesanales dominicanos, entre los que mencionamos aquellos asociados a nuestra musicalidad, como son los diversos tipos de tambores, realizados por artesanos en ocasiones desconocidos, cuyo arte han aprendido en el seno familiar.

Dichos tambores, aunque generalmente acompañan fiestas profanas, son sagrados en las culturas africanas y en nuestro país también. según nos expresara con propiedad Giovanny Guzmán, músico y sacerdote de la religiosidad popular.