Presencia de Matsuzaka significaría
una revolución en GL

<p>Presencia de Matsuzaka significaría<br/>una revolución en GL</p>

Por Jayson Stark
De ESPNdeportes.com
FORT MYERS —
Las cosas que realmente necesitamos saber acerca de Daisuke Matsuzaka no las podemos conocer en una conferencia de prensa del 15 de febrero en un estadio que de lo contrario estaría vacío.

Las cosas que realmente tenemos que saber, no las sabremos hasta el 29 de abril en el Yankee Stadium. O hasta que Vladimir Guerrero, parado a 60 pies, tenga la carrera de empate en tercera. O hasta el Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, y lo único que importe en cada lanzamiento sea la calidad de vida futura para toda la población de Nueva Inglaterra y la metrópolis de Tokio.

Pero habrá tiempo para eso. Mucho tiempo.

Sin embargo, el jueves fue diferente.

Alrededor de 150 reporteros del mundo entero llegaron al exótico estadio City of Palm Parks, el estadio de un equipo que recién tenía programado empezar a entrenar dentro de tres días.

Digamos que no estaban allí para ver si Runelvys Hernández había llegado a los entrenamientos de primavera.

Habían venido a ver a una de las figuras más intrigantes pisar por primera vez un estadio de béisbol estadounidense para sonreír, montar sus gracias de lenguaje y hacer todo lo posible por perpetuar la ilusión de que realmente existe el gyroball.

Teniendo en cuenta lo que suelen ser las conferencias de prensa de presentación en los entrenamientos de primavera, el evento estuvo bastante bien.

Todavía no tenemos idea de si Matsuzaka estará a la altura de las circunstancias la primera vez que se enfrente a A-Rod con las bases completas. Pero ciertamente superó las expectativas en su encuentro con los medios.

En un momento, por ejemplo, le hicieron una pregunta inocua acerca de cuál de sus seis pitcheos iba a usar para su primer lanzamiento en las Grandes Ligas. Fue la clase de pregunta que sus futuros amigos con menos imaginación, o más combativos, hubieran pisoteado, con la típica respuesta cuyo verdadero significado es “me estás aburriendo, amigo”.

Pero no Matsuzaka-san.

Tras anunciar que le “encantaría lanzar una bola rápida en mi primer pitcheo”, apareció una chispa en sus ojos, y agregó:

“Y me gustaría que mi primer bateador, si está escuchando, por favor intente no pegarle a la bola”.

Bueno, si ese bateador estaba escuchando, es mucho más probable que lo estuviera haciendo en Tokio que en Fort Myers — porque este evento fue transmitido en vivo en la TV de Japón, por cuatro canales diferentes, a la mañana.

Así que, aparentemente, del otro lado del pacífico tienen una leve fascinación con este muchacho.

Pero así han sido las cosas desde que cumplió los 17 años.

“Cuando estábamos en medio de este proceso”, dijo Craig Shipley, vicepresidente de talento internacional de los Medias Rojas, “yo les decía a las personas, ‘Miren, este muchacho es diferente. Es diferente a todos los que han venido aquí antes que él’. Y es diferente por lo que hizo en Koshien”.

Koshien no es una palabra conocida para los americanos. Pero fue Koshien — la sede anual del torneo nacional colegial de béisbol de Japón — lo que transformó a Daisuke Matsuzaka en una leyenda. Cuando todavía estaba en el último año de la preparatoria.

Es posible que ya hayas escuchado la historia. Pero por las dudas, resumiremos lo que Matsuzaka hizo en los últimos tres partidos de ese torneo con la mayor brevedad posible:

Un juego completo de 250 lanzamientos y 17 entradas en los cuartos de final. Seguido de una salvada en semifinales al día siguiente. Seguido de un juego final sin hits el día después. Todo transmitido por TV nacional.

Buen fin de semana.

“No creo que muchas personas de este país sean capaces de comprender lo que significa Koshien”, dijo Shipley. “Es como el evento deportivo más importante del país. Es como los Final Four, pero más importante. Y es la preparatoria. Y es la tradición. Y es puramente por el amor al juego. El país entero se detiene…

“Así que créeme. Este muchacho está acostumbrado a ser el centro de atención. Lo es desde Koshien”.

Lo que podría explicar porqué se veía tan cómodo el jueves, a pesar de encontrarse en otro continente mientras era bombardeado a preguntas en un idioma extranjero.  El jugador de 26 años es como un evento mediático andante.

Y, con su contrato de 52 millones de dólares apilado sobre los derechos pagados por su equipo (51.1 millones), es una fuente de fascinación masiva en ambas naciones. Pero si algo de eso lo desconcierta, digamos que simplemente no quisieras estar jugando con él al póquer.

¿Crees que ese contrato le aumentó la presión? No hay señales de ello. Su respuesta a una pregunta acerca del dinero: “La escala del contrato no determina cómo juego al béisbol. Siento un poco de responsabilidad, pero no estoy presionado”.

¿Presión? Todavía no la ha sentido. En su espejo retrovisor no ha visto nada más que éxito y dominación. Hubo un Koshien. Hubo 108 victorias en ocho campañas con los Seibu Lions, con 300 hits permitidos menos que entradas lanzadas. Hubo dos efectividades de menos de 2.00 en las Olimpíadas de Atenas del 2004 y el épico Clásico Mundial de Béisbol del año pasado.

Pero ahora comienza un nuevo capítulo.

Ahora está la dramática entrada en un universo desconocido, adonde en los cinco estados del norte nada importa más que “cómo jugaron los Medias Rojas anoche”. ¿Cómo podemos hacerle entender eso?

“Vi mi primera camisa de ‘Dice-K Mania’ por primera vez el otro día”, dijo el nuevo compañero de Matsuzaka, Kevin Youkilis, el jueves. “El día que llegué a Fort Myers, vi una camisa de ‘Dice-K Mania’ — con un 18 detrás. Fue algo extraño, ver una camisa de los Medias Rojas con el 18 y sin Johnny Damon”.

Pero más vale que se acostumbre. Y más vale que Damon se acostumbre también — porque quién sabe cuántas más de esas camisas se venderán en los próximos seis meses.

Doreen Arsenault, gerente de marcadeo de los Medias Rojas, dijo el jueves que cometió el error de encargar apenas 288 de cada uno de los cuatro modelos de camisas de Matsuzaka que se venden en la tienda del equipo en Fort Myers. Una semana después de que llegaron las camisas, uno de los modelos se había vendido por completo — y si querías uno de las otros, tenías que ser un fanático de talla doble-extra-grande. Y recuerda, los entrenamientos de primavera todavía no han comenzado.

“Históricamente, no nos ha ido muy bien aquí con camisetas con números y nombres”, dijo Arsenault. “Es por eso que dije, al principio, ‘Creo que seré un poco conservadora’. Pero si hubiera sabido que iba a haber tanto entusiasmo, habría encargado 1,000 para empezar, de cada una”.

Bueno, esas 1,000 de cada una deben estar llegando en cualquier momento. Y habrá trillones de artículos más de Matsuzaka.

Pero debes entender algo muy importante. No será simplemente un fenómeno como el de New England.

Cuando pasen todos los dólares, todos los yens y toda la fascinación respecto de los pitcheos que este hombre lanza y no lanza, podríamos ser testigos de un verdadero fenómeno internacional del béisbol. O, al menos, desde Fernando Valenzuela.

Por supuesto, estos son los Medias Rojas. Así que también podríamos ser testigos de un hombre lesionándose el manguito rotatorio en los próximos 15 minutos.

“En tus sueños más descabellados, deseas una Fernando-manía”, dijo el Dr. Charles Steinberg, vicepresidente ejecutivo de relaciones públicas del equipo. “En tus sueños más descabellados, quieres la inocencia de un lanzador silencioso y feliz, de quien nadie en tu pueblo o en tu mercado había escuchado. Pero esos son tus sueños más descabellados.

“Desde el punto de vista del béisbol, no pones este tipo de expectativas en un joven. Pero en la temporada muerta, es justo dejar correr la imaginación. Tan pronto como se ponga el uniforme y comience a lanzar, su juego te maravillará. Él lo sabe. Y todo se reducirá a la capacidad física, mental y espiritual”.

Por el modo en que Daisuke Matsuzaka se manejó en el podio sobre el dugout el jueves, sin duda tiene cubierta la parte mental y espiritual. La parte física es otra historia.

¿Quién sabe cuándo explotará la bomba de tiempo que fue activada con los 250 lanzamientos y los juegos completos de la preparatoria? Ya ha tenido un problema en el codo, que le costó la mitad de la campaña 2002. Y la transición de una rotación de seis hombres en Japón a una de cinco aquí podría ser otro ajuste físico monumental.

Pero este es solamente otro motivo para prestar atención, una fuente más de intriga. Este hombre tiene muchos, muchos ajustes por delante. Y todas las cámaras y las miradas estarán enfocadas sobre cada uno de ellos.

Sin embargo, no es el único que se encuentra sujeto a ajustes.

“Tengo que acostumbrarme a hacer reverencias”, dijo Youkilis, riendo, tras conocer a Matsuzaka y su compatriota, Hideki Okajima. “Es bastante extraño. Nunca nadie me había hecho una reverencia”.

De alguna manera, tenemos el presentimiento que Daisuke Matsuzaka tendrá muchas reverencias por delante. Pero fue su última reverencia de ese día lo que nos llamó la atención.

Había terminado su gran conferencia de prensa. Ya había agradecido a los medios, con un inglés perfecto. Estaba a punto de desaparecer por el túnel del dugout.

Pero antes, se dio la vuelta e hizo una reverencia más — al parque vacío frente a él. Esta declaración no necesitó traductor.

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