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POR TONY PIÑA CAMPORA
Aunque son muy pocos los que hablan de la calidad de la gerencia en los triunfos o fracasos de un equipo de béisbol cuando se analizan sus actuaciones, a cada momento ocurren hechos que evidencian la importancia de la misma. La forma como Billy Beane ha manejado a los Atléticos desde su llegada a esa organización, provoca que por encima de cualquier hazaña de sus jugadores en el terreno se le reconozca el especial talento que ha empleado para mantener esa franquicia en un marco de éxito.
La técnica que ha aplicado para año tras año ir conformando el grupo que sale al terreno, enfrentando el éxodo de los estelares que desarrollan por las limitaciones económicas del mercado en que se desenvuelven, con acertadas negociaciones combinadas con la producción de sus fincas ha creado una escuela sobre la cual se han elaborado libros que la analizan. Es el famoso Money Ball que otra vez coloca ese conjunto en la cúspide luchando por una clasificación con rivales que han basado su éxito en una inversión millonaria. En julio los Atléticos ha logrado marca de 20-6 después de un 19-8 en junio que los ha llevado a entrar de lleno en competencia, ya sea por la primera posición de la división oeste de la liga Americana o el wild card del circuito. Mientras eso ocurría, los demás equipos de la parcela jugaron para promedio por debajo de quinientos.
En el este de la liga los Yanquis han vuelto a reaccionar y fueron quienes mejor jugaron en ese sector, pero los Medias Rojas lograron mantener una labor estable que los sostiene en el primer lugar. La gran caída ocurrió en Baltimore, donde definitivamente se manifestó otra vez la debilidad de su pitcheo y solo consiguieron ocho triunfos en el periodo para descender a una cuarta posición, siendo superados por los Azulejos en la tabla de posiciones. Los Orioles han sido una organización que consistentemente ha enseñado una pésima forma de invertir su dinero, la antitesis de la gerencia de los Atléticos.
Los Medias Blancas tuvieron en julio su peor mes del año. Solo ganaron 16 juegos cuando habían logrado 17, 18 y 18 los tres meses anteriores. Con eso mantienen la hegemonía de todas las grandes ligas encaminándose coherentemente hacía más de cien triunfos en la temporada.
LIGA NACIONAL
La reacción de los Astros de Houston en la división central del viejo circuito ha sido espectacular. Alcanzaron 22 victorias en julio empatando la marca de este año que lograron los Padres en mayo. Esto lamentablemente los lleva únicamente a aspirar al wild card pues los Cardenales no han cedido terreno manteniendo una cómoda distancia de la primera posición de la que se adueñaron desde el inicio de la campaña.
En el este la parte espectacular ha sido desde el lado negativo, y como crónica de una muerte anunciada los Nacionales de Washigton tuvieron marca de 9-18 lo que combinado con los 18-9 de los Bravos, estos otra vez se han posicionado en el primer lugar del sector que por la experiencia acumulada de los últimos doce años, se deduce que será muy difícil despojarlos de ese triunfal escenario.
Lo más deprimente de todas las ligas mayores es el oeste de la liga Nacional. Los cinco equipos que constituyen la división jugaron por debajo de quinientos puntos y todos inician el mes de agosto con un porcentaje similar, lo cual abre la fatal posibilidad que un equipo gane su división con un promedio perdedor. Dada la naturaleza de este deporte y la forma como están diseñadas las series de la postemporada, podría convertirse en campeón mundial. ¡Qué horror!
Los Padres, después de alcanzar 22 victorias en mayo, descendieron bruscamente y en junio tuvieron récord de 10-17 y en el recién pasado mes cayeron a 8-18, una derrota menos que los Orioles que fueron los que peor jugaron en el periodo. Ha sido tan mala la forma como han jugado en esa parcela que los Diamondback con marca de 13-14 en julio lograron empatar en la primera posición. beisbolprofundo@hotmail.com
