Presencia EEUU en Irak domina campaña electoral

Presencia EEUU en Irak domina campaña electoral

WASHINGTON (AFP).- El debate electoral norteamericano en torno a Irak dio un nuevo giro tras la promesa de John Kerry de reducir el número de soldados desplegados en ese país, mientras que el presidente George W. Bush se niega a establecer un calendario de retirada.

   Presionado para que presente una alternativa clara a la posición del presidente saliente George W. Bush, el candidato demócrata prometió la semana pasada reducir «de manera significativa» la cantidad de soldados estadounidenses desplegados en Irak (que son por ahora alrededor de 138.000) de aquí a agosto de 2005, en caso de resultar elegido.

   El senador por Massachussets explicó querer intensificar las relaciones diplomáticas para acelerar y ampliar la ayuda de otros países, sobre todo para formar las fuerzas de seguridad iraquíes. «Tengo la intención de implicar a más personas en este esfuerzo, y estoy convencido de que puedo tener más éxito que el presidente Bush en la materia», dijo.

   Los republicanos también han prometido hacer regresar a sus «muchachos» tan pronto como sea posible, pero no quisieron dar fechas para esta retirada.

   «La misión es crear un Irak democrático (…) Seguiremos allá hasta que cumplamos ese trabajo y que nuestros comandantes sobre el terreno nos lo digan», dijo el viernes pasado el presidente Bush.

   La idea un calendario de retirada da un nuevo giro al debate electoral en cuanto a Irak, incluso si los electores parecen no hacer muchas diferencias entre los dos candidatos sobre ese tema.

   Una encuesta de Gallup mostró hace unos días que los estadounidenses confían lo mismo en Bush y Kerry en cuanto a enfrentar la situación iraquí. Pero 42% personas interrogadas creen que el presidente tiene una visión clara del futuro en Irak, contra solo 38% para el candidato demócrata.

   La mayoría desaprueba la política de Bush en Irak y casi la mitad de los estadounidenses cree ahora que la invasión a ese país en marzo del 2003 fue un error, pero Kerry no logra capitalizar esas percepciones negativas de su adversario.

   El senador Kerry votó a favor de la guerra antes de votar contra el presupuesto de 87.000 millones de dólares destinado a los esfuerzos de guerra y la reconstrucción en Irak y Afganistán para protestas contra la mala gestión del conflicto por parte del gobierno.

   Los republicanos se sirven de esta aparente contradicción para destacar los cambios de opinión del demócrata Kerry, e incluso el presidente Bush ironizó con ello este martes.

   «Tras haber cuestionado durante meses mis motivaciones, e incluso mi credibilidad, el senador Kerry estima ahora que aunque no hemos hallado las armas de destrucción masiva que creíamos que íbamos a encontrar allá (en Irak), habría votado por ir a Irak y derrocar a Saddam Hussein. Quiero agradecer al senador Kerry por haberlo dejado en claro eso», dijo Bush.

   Pero el consejero de Kerry en seguridad nacional, Rand Beers, dijo que «el tema nunca ha sido si hicimos bien en responsabilizar a Saddam. El tema es que fuimos a la guerra sin nuestros aliado, sin haber equipado adecuadamente a nuestras tropas y sin un plan para ganar la paz»-

   Mientras que el ala izquierdista del partido demócrata pide la salida de Irak, John Kerry advierte regularmente contra los peligros de abandonar «un Estado en quiebre» en Medio Oriente.

   Este veterano de la guerra en Vietnam, experiencia muy destacada durante la convención demócrata de Boston a finales de julio, ha dado pocas precisiones sobre la manera de proceder a esta reducción de militares que preserve al mismo tiempo la estabilidad de Irak.

   Aunque el lunes, adelantó que esta reducción dependerá de la seguridad sobre el terreno y de los avances diplomáticos estadounidenses.

   «Si las cosas no salen bien, cualquier reducción de fuerzas estadounidenses se hará de manera más lenta», destacó su consejero en política exterior, James Rubin.

   Para los republicanos, la posición de Kerry no tiene coherencia. «Establecer un calendario artificial es una promesa puramente electoral», dijo Terry Holt, portavoz de la campaña de Bush.

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