EDUARDO KLINGER PEVIDA
He creído pertinente seguir abordando diversas aristas de lo que va a ser la Semana Internacional de la Energía por la relevancia de estos aspectos y porque, sin lugar a dudas, va a ser uno de los eventos económico-ferial más importante que se haya celebrado en la República Dominicana.
El evento ha sido concebido no solo en el aspecto, digamos didáctico, en el que van a participar decenas de expertos de muy alto nivel impartiendo conferencias magistrales con una amplia agenda temática y que van a resultar de gran impacto profesional y técnico para el país, sino que comprende igualmente una actividad de tipo ferial en el que decenas de empresas extranjeras procedentes de Europa, los Estados Unidos, Canadá, América Latina y Asia habrán de concurrir al país a exponer sus equipos, tecnologías y servicios. Ello brindara una oportunidad excepcional para que el sector empresarial, profesional y funcionarios, públicos aparte de la población en general, puedan apreciar los adelantos más relevantes en la materia a nivel mundial.
Un antecedente estratégico para el éxito de esta actividad lo fue la probación por el Congreso de la ley 57-07 o Ley de Incentivo a las Energías Renovables y Regímenes Especiales que ha devenido en un instrumento esencial para promover la inversión en el sector. Muy probablemente, si no se contase con la atracción de esa Ley, no se hubiera podido obtener tantas respuestas positivas de empresas e instituciones internacionales.
De ello ya había advertido anteriormente cuando en este mismo medio publiqué el 13 de agosto próximo pasado el artículo «Incidencia de la Comisión Nacional de Energía en la Economía» donde afirmaba:
Se pretende promover la «creación de nuevas tecnologías energéticas y la adecuada aplicación local de tecnologías ya conocidas». Es crear un escenario de «competencia de costos entre las energías alternativas, limpias y provenientes de recursos naturales, con la energía producida por hidrocarburos y sus derivados».
La legislación identifica las extensas opciones de energía renovable con que puede contar el país: las agropecuarias, mezclas de alcohol carburante, o biodiesel, la producción de etanol a partir de la caña, la energía cólica y solar, etc.
Todo ello tiene un alcance estratégico y porta los factores para producir un viraje de fondo en el comportamiento de la economía dominicana. Si se es coherente y consecuente y se utiliza inteligentemente la herramienta que se ha puesto en manos del país, habrá que hablar, en breve, de un antes y un después de esa ley. (Fin de la cita).
Evidentemente, la vigencia del DR- CAFTA puede actuar a la vez como otro polo de atracción para inversionistas.
Una vez más, el país tiene que enfrentar las consecuencias de las limitaciones institucionales. En este caso en lo referido al espacio para las actividades feriales. El interés de concurrencia de empresas ha tenido que ser restringido por no poder contar con suficiente espacio de exposición. Sobre eso he insistido desde hace varios años y aunque pudieran identificarse opciones coyunturales los intereses sectoriales creados resultan infranqueables.
Un ejemplo del potencial inversionista que significa la realización de esta actividad en la República Dominicana podemos reflejarlo en dos acontecimientos. Por un lado, la inauguración el pasado 23 de noviembre de una primera Planta de Ensamblaje de Paneles Fotovoltaicos del Caribe. Por otra parte, se destaca el profundo nivel de involucramiento del Centro de Promoción de Exportaciones e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD) al visualizar el altísimo potencial de inversión que se puede captar en el evento.
La Ley de Incentivo, la legislación de promoción de inversiones componentes esenciales del ambiente de seguridad jurídica que el país ha ido creando la estabilidad macro-económica, la vigencia de acuerdos de libre comercio, entre otros factores, actúan como imán de empresas e inversiones.
La presencia en el país de decenas de empresas de primer orden y de cientos de empresarios durante esta Primera Semana Internacional de Energía abre un importante capítulo para captar inversiones en el sector. Excepcional oportunidad, además, para el empresariado nacional que también va a estar masivamente presente en el evento.
Me atrevo a afirmar, sin demagogias ni oportunismos, de que efectivamente se está utilizando inteligentemente la herramienta puesta en manos de la Comisión Nacional de Energía.