Con sólo llegar a la puerta de entrada de la Secretaría de Estado de Educación era evidente que la jornada de ayer tenía un ingrediente especial: la vicepresidenta y secretaria de la cartera, Milagros Ortiz Bosch, estaba en el lugar.

Era la segunda vez en esta semana que Ortiz Bosch se aparecía por su despacho. Esto, sin lugar a dudas, comenzó a crear una ola de rumores que se escuchaba por los rincones: «La doña está organizándolo todo para volver», decían algunos, mientras que otros sostenía que era todo lo contrario y que estaba preparando su renuncia definitiva.

Aunque sabe que deja la polémica servida, doña Milagros estaba serena y tranquila: iba de una oficina a otra, conversaba con quienes encontraba y, aunque un poco esquiva, respondió algunas preguntas.

La primera, evidentemente, fue qué hacía allí. «Hay una rendición de cuentas hoy. En el Consejo de Gobierno se abrieron unos espacios para que la Secretaría rindiera cuentas y estoy aquí ayudando a los compañeros a organizar la presentación que van a hacer esta tarde», explicó de muy buen humor.

Por otro lado, al ser cuestionada en torno a los rumores de que piensa retornar a las labores de la cartera educativa, doña Milagros dejó por sentado que no desea hablar del tema. «Yo no pienso, me he puesto tonta, no pienso», dijo evadiendo ofrecer una respuesta.

En cuanto a la Ley de Lemas, cuya segunda lectura fue aprobada el martes pasado por el Senado de la República, se rehusó a contestar. «Yo no hablo de política, ustedes lo saben», sostuvo haciendo referencia a una costumbre que ha adoptado desde algún tiempo: no hablar de política cuando esté en los pasillos de la secretaría de Educación.

Respecto a su candidatura, tema que no abordó porque «si hablo de eso hablo de política», garantizó que «la gente sigue en eso».

Hecha esta afirmación, Ortiz Bosch aseguró que sólo hablará una vez más de política, pero que lo hará en el momento más oportuno. Mientras eso sucede, habrá que esperar.