Presentan espectáculo que resalta dominicanidad en Feria del Libro

Presentan espectáculo que resalta dominicanidad en Feria del Libro

Por JOSELIN RODRÍGUEZ
Con un colorido espectáculo, en el que se resalta la dominicanidad, la forma de hablar, situaciones y las costumbres típicas, fue inaugurada en la Sala Eduardo Brito del Teatro Nacional la novena Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2006, dedicada a Argentina.

Para esta ocasión especial el cantautor José Antonio Rodríguez preparó “Mezcla”, un espectáculo al que definió como “un viaje a vuelo de pájaro de lo que somos los dominicanos y responde a preguntas recurrentes como ¿de dónde vengo? También, toma como base primordial nuestra forma de hablar, la alegría, nuestra pintura, tradiciones e identidad”.

La función inició a las 9:10 de la noche cuando en una pantalla gigante empezó a transmitirse una conversación que se desarrolla en el fondo del mar entre un pez y el nadador Marcos Díaz, que hablan sobre los dominicanos y sus gustos. A continuación Carlos Sánchez, el conductor del espectáculo, sube al escenario con una pecera y la coloca en una esquina.

A los pocos segundos ingresa un artista tarareando “Ojalá que llueva café”, de Juan Luis Guerra. Esto era el preludio de que el coro, del cual forma parte, interpretaría la famosa melodía. Mientras el coro cantaba, en dos pantallas que fueron colocadas a ambos extremos, se transmitía imágenes del paisaje natural dominicano, su gente, aves y  animales.

Concluida esta participación, entra, nuevamente, el conductor del espectáculo, quien luego de hacer un monólogo, conversa con el escritor Marcio Veloz Maggiolo, a quien está dedicada la feria. El homenajeado le aclara algunas informaciones sobre el mestizaje, la identidad de los dominicanos, los colmadones y la bachata. En otros diálogos, el historiador se refiere al carnaval, las peleas de gallo, el béisbol y las apuestas.      

En el segmento de la bachata, siete parejas, como si estuvieran en un colmadón, bailaron al compás de la llamada música de amargue.

En la medida que el espectáculo se desarrollaba presentaron algunas cápsulas en las que Johnny Pacheco, Michel Camilo, José Alberto, Sergio Vargas, Johnny Ventura, Juan Marichal, Guillo Pérez, Cándido Bidó, Dionisio Blanco, José Roldán, entre otros, resaltaban su orgullo de haber nacido en esta nación caribeña. También hubo un segmento dedicado al arte culinario a cargo de Eugenia Rojo, Mike Mercedes y Raudy Torres. Se presentó un desfile de personajes carnavalescos como son los roba la gallina y los diablos cojuelos.

Uno de los momentos más destacados fue la presentación de Isabel Spencer, quien hizo una actuación sobre los dominicanos ausentes cuando llegan al país. Su interpretación le valió merecidos aplausos.

Otros renglones sobresalientes fueron el futuro, representado por la niña Helen de la Rosa Herrera, quien interpretó un solo de batería; la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Dante Cucurullo; la representación teatral de María Castillo, quien se robó el show al hablar sobre las distintas denominaciones de los colores que existe en los dominicanos, y la participación de los bailarines, dirigidos por Mónika Despradel.

El segmento que más risa provocó fue la actuación de Felipe Polanco (Boruga), quien en su estilo característico habló sobre los dominicanos, su forma de comunicarse, los nombres con que se identifica al peso y otras situaciones jocosas.

El espectáculo finalizó a las 11:15 de la noche con la  participación de un artista chileno, que interpretó el tango “El día que me quieras” y la orquesta argentina Quinteto la Camorra, que presentó “Adiós, Nonino” y “Libertango”, este último fue acompañado por dos parejas de baile.  En un mensaje grabado, el secretario de Cultura, José Rafael Lantigua, dijo que la dominicanidad es un proyecto de nación, estimulado por la heroicidad de mujeres y hombres del país.

Cositas y cosotas

 Durante los 14 días que se desarrollará la feria habrá 2.051 actividades, de las cuales 87 corresponden a las representaciones teatrales.

 Hubo quienes no apagaron sus celulares.

 Dos personas soltaban unas estruendosas carcajadas, que a muchos incomodó.

 Aunque fue un interesante espectáculo, vale decir que los diálogos y explicaciones eran demasiados extensos.

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