El auditorio de la Universidad Católica de Santo Domingo sirvió de escenario para la presentación de un libro especial, Dulce Secreto, colección de poemas escritos para niños(as), desde la perspectiva de una educadora con 25 años de experiencia, María Consuelo Brugal Kunhardt, directora del Hogar Montessori. La literatura infantil es uno de los géneros más difíciles, sin pretenderse escritora, después de múltiples consultas y correcciones, la autora se atrevió a publicar. Dos testimonios fueron determinantes para su decisión, uno, la reacción de los niños cuando les leía alguno de los poemas y otro, el veredicto de Alicia Abascal, cubana, doctora en Literatura Infantil.
La Profesora Brugal, supo siempre que sería maestra y otro oficio no pretende. Su desempeño le ha permitido colocarse en el lugar del infante y describir con alma de niño la amistad, la alegría, el disfrute de la naturaleza, el cariño a papá y a mamá… La presentación del texto fue responsabilidad de José Guerrero, antropólogo y viejo amigo y de la veterana educadora dominicana Mechy Hernández Caamaño.
Estas poesías han de propiciar que los niños y niñas desarrollen su sensibilidad y aprecien la belleza que encierran los objetos, las
situaciones y las experiencias de los diversos seres, componentes y elementos que coexisten en la naturaleza….Sabemos que la poesía dentro de la literatura infantil juega un papel significativo para estimular la imaginación y la creatividad y contribuye a resaltar valores formativos, al tiempo que posibilita que el caudal de emociones y sentimientos fluya con espontaneidad, a partir de las múltiples vivencias y experiencias sentidas…. expresó la fundadora del Círculo Infantil. Sin disimular su entusiasmo, Hernández Caamaño concluyó con una exhortación. Padres, madres, abuelos, abuelas, educadoras, cuando lean estos poemas a los niños y niñas, vívanlos y recréenlos, descubriendo todo el amor con que su autora los creó. Y de amor debe hablarse cuando en ésta época alguien se atreve a creer en la candidez de una infancia expuesta a las miserias humanas antes del tiempo pautado y presa de la tecnología, sin espacio para soñar.
[b]EDUCACIÓN NO ES INSTRUCCIÓN [/b]
No es casual que una de las poesías que más disfruta María Consuelo es EL Coquí, dedicada al endémico batracio de Puerto Rico que emite diversos y constantes sonidos y se ha convertido en símbolo de la isla del Encanto. Se vistió el coquí de luna y coronado de estrellas, cantó en la noche a Borinquen, a su patria, tierra bella… Se hizo la noche concierto, se hizo la noche canción y la isla quedó envuelta en un manto de ilusión… Fue en Borinquen donde estudió Educación Elemental.
La Directora del Hogar Montessori decidió temprano ser educadora. Tanto aprendió con la metodología utilizada por su madre Profesora Carmen Irene Kunhardt y por la profesora Raysa, para alfabetizarla, en su añorado Puerto Plata, que no dudó cuando decidió dedicar su vida a repetir la experiencia, por demás divertida. Sin embargo no fue suficiente lo aprendido en la academia tradicional. Buscó y encontró en el Método creado por la médica y pedagoga italiana, María Montessori, lo que quería.
Cuando terminé el bachillerato en el Colegio San José Puerto Plata , me fui a Puerto Rico a estudiar Educación Elemental en la Universidad. Era una época muy difícil aquí 1969 .Después fui a Vermont y a Londres para continuar mi formación. Siempre quise estudiar Educación, nunca pensé en otra cosa, pero cuando terminé mis estudios, en Puerto Rico, me sentía con las manos vacías. Como a mí me alfabetizaron de una manera divertida, nada común, me formé una idea de la Educación que no encontré en la Universidad. Fue el método Montessori que me enseñó lo que quería, el concepto real, el que andaba buscando. Regresé a Puerto Rico y trabajé en el Liceo Montessoriano y después, en Fajardo desarrollé mi proyecto educativo. Decidí venir al país cuando me ofrecieron la Dirección de la Escuela Modelo del Centro de Entrenamiento Montessori. Si aceptaba, hubiera tenido que trasladarme de Fajardo hasta San Juan y pensé que era mejor trasladarme a República Dominicana. Después de tanto tiempo fuera del país necesitaba estar cerca de mi familia. Regresé, trabajé en el Carol Morgan y desde el 1988 soy Directora del Hogar Montessori.
¿Todavía tiene vigencia el Método Montessori?
Claro, y lo tendrá por mucho tiempo. La filosofía Montessori es una filosofía de vida más que educativa.
¿Es imposible su aplicación en la Escuela Pública?
Es muy costoso, pero se puede. Aquí, Marta Vicente, que estudió Educación Montessori, imparte cursos a maestras y maestros. Aunque los materiales son caros, siempre he creído que la metodología se puede usar.
Los costos y exigencias académicas de la educación privada moderna ¿ son elementos que determinan la diferencia entre la calidad de la Escuela Privada y la Pública?
Tristemente sí. Estaríamos hablando de política, de presupuesto. Educación no es instrucción, no es que todo el mundo sepa leer, que esté alfabetizado. Educación es algo más amplio, es enseñar a pensar,
a fomentar el sentido crítico. Enseñar a perder el miedo, que se ame y disfrute el conocimiento. La Educación tendría que comenzar por cambiar la mentalidad de muchos educadores. La Educación Pública requiere algo más que el desayuno, requiere atención del Estado para que las Escuelas sean mejores. Fíjate todo lo que aquí se gasta en campaña política. Mientras sigamos así nos tomará muchos años el proceso, aunque creo que se están dando pasos importantes. Hay que darle el lugar que necesita a la Educación. La Educación no debe estar sujeta a los cambios de gobierno.
Si compara métodos educativos y resultados de antes y ahora ¿ cuál sería el balance?
Hay aspectos que eran muy buenos y pienso que se han perdido y trato de conservarlos en el Hogar Montessori. El mundo cambia y hay que adecuarse a los tiempos, pero creo que en la adecuación hay una distorsión de los valores. Los valores se practican, no sólo se predican, tampoco se adecúan a los tiempos. Un ladrón es una ladrón antes y ahora y es ladrón quien coge lo que no le pertenece. Eso no cambia. Antes no había doble mensaje cuando te hablaban de valores. Un ladrón, por ejemplo, no puede hablar en contra del robo.
[b]NO SOY ESCRITORA[/b]
Como si temiera una acusación de intrusa en espacios vedados, María Consuelo insiste y repite que es educadora, no escritora. Mantuvo reposando sus poesías más de una década, hasta que tomó la decisión de publicarlas. La divulgación coincide con la terminación de otro texto: un manual de educación cívica. Dulce Secreto, hecho para niños, ha provocado reacciones positivas entre adultos. Tal vez nostalgia de un mundo perdido.
El libro está pensado y hecho para niños, pero la retroalimentación que he tenido me dice que le ha gustado a los adultos. Todos tenemos un niño adentro y eso es importante saberlo. Una señora, que asistió a la puesta en circulación, con más de 60 años, me dijo que cuando leyó Dulce Secreto se sintió niña otra vez. Las poesías a la naturaleza, por
ejemplo, significan mucho de lo vivido por varias generaciones, sobre todo por las personas que vivimos en los pueblos y conocemos lo que es un amanecer, la montaña, el mar. A los niños les gusta la naturaleza, se sienten atraídos por las cosas sencillas.
Nunca pensé en publicar las poesías. Viví mucho tiempo sola, tenía tiempo para escribir y leer mucho. Escribía y guardaba, tenía necesidad de expresar lo que percibía en los niños, lo que me provocaba ternura. Ahí hay una poesía, Amiga Gansa, que relata algo que vi en mi Escuela de Fajardo, también la que se refiere a la lluvia, a las Manitas. Yo tenía todo eso desorganizado y en una ocasión tuve que salir del país con mis padres y cuando regresé mi esposo Ricardo Ceara había organizado el material y me di cuenta que había suficiente y debía hacer algo. Ya tenía el impulso que me habían dado varias personas, una de ellas doctora en literatura infantil, Alicia Abascal.
Veinte años antes yo había hecho un largo recorrido para las ilustraciones y los costos me sorprendieron, pero ahora me decidí, cuando es todo mucho más caro.
[b]POESÍA, TECNOLOGÍA Y LÍMITES[/b]
Cuesta especial esfuerzo pensar que en la era cibernética un niño nuestro, expuesto a las distorsiones de la modernidad y no a sus aspectos positivos, disfrute, como otrora, los secretos de la naturaleza e invierta tiempo en la lectura. Culpa de los mayores, naturalmente, que prefieren la comodidad del televisor y la computadora.
Los niños de países industrializados devoran a Harry Potter cuando se pensaba que la infancia no leería más ¿ Se repite el fenómeno aquí, entre los niños cuyos padres pueden comprar libros infantiles?
Hay una competencia muy fuerte con la televisión, los nintendos, la computadora pero si los padres, los maestros, nos dejamos arropar por eso todo se pierde. El medio te presiona a otra cosa y es muy difícil cultivar el amor por la lectura. La tecnología no existe para dominar al ser humano sino que debe estar a su servicio. Somos los adultos que tenemos la obligación de cultivar el amor por las cosas maravillosas de la naturaleza y por la lectura. Montessori decía que al niño no se le pude dar todo lo que quiere y le gusta, sino lo que necesita. A un niño de tres años le gustaría manejar un carro, le puede atraer un revólver, pero no se lo vas a dar porque le guste. El niño necesita límites y el adulto debe tener conciencia de lo que necesita.
En nuestro país hay un culto a lo material, se le da mucha importancia a la apariencia. No debes olvidar tampoco que muchos de nuestros niños tienen madres sustitutas, el servicio doméstico se ha hecho imprescindible pero afecta hasta el proceso de aprendizaje, de lectura. En Canadá, en Europa hay librerías para niños y a los niños les gusta leer, no como snobismo y hay actividades para la infancia y se cuenta con el apoyo de los padres.
TODAVÍA Algunas personas adultas se conmueven cuando releen Platero y Yo.
[b]¿DULCE SECRETO ES PARA AÑORANZA DE ADULTOS O LA INFANCIA PODRÍA DISFRUTARLO?[/b]
Creo que pueden leerlo y disfrutarlo, pero te repito, es tarea de nosotros cultivar el amor por esas cosas y facilitarles esas experiencias. Yo no puedo proporcionarle a mis hijos las experiencias que tuve en mi infancia, en Puerto Plata. Allá tuve a Isabel de Torres, a Sosúa, la Poza del Castillo, pero dentro de la realidad particular se puede intentar, aunque a veces se convierte en una batalla.
[b]¿PARA ESCRIBIR POESÍAS INFANTILES SE NECESITA SER EDUCADORA?[/b]
Es difícil hacerlo y no es atractivo para el mercado. A la infancia no se le da todavía la importancia que tiene, ni se cuida la formación en esos años básicos. Montessori decía que el niño es el padre del adulto. Es muy complejo ponerse en los zapatitos de los niños y generalmente nuestra sociedad reprime esa parte. Los educadores estamos en contacto con los niños y uno escribe mejor cuando tiene la experiencia. Los educadores de niños se identifican a leguas de distancia. Eso permite la tarea.