Presidencia, trujillismo e Iglesia

Presidencia, trujillismo e Iglesia

No son pocos los artículos que he publicado, desde hace unas tres décadas, expresando mi anhelo de que el Gobierno Dominicano sea más pequeño, y que no sea necesario (aunque a menudo inefectivo) recurrir directamente al Presidente de la República para que un empleado de correos o un mecanógrafo de provincia o de ciudad, de poblado misérrimo o de capital empecinada en alardes reñidos con su realidad, el humilde asalariado estatal, injustamente despedido o calumniado a causa de intereses malignos, no tenga más remedio posible que apelar al Jefe del Estado.

Es añosa práctica aldeana, mantenida por los gobernantes para permanecer fieles al bien engrasado sistema central que logró el Generalísimo. pero resulta que ya el país no es el conjunto de aldeas y aldehuelas que Trujillo podía abarcar en su gigantesco puño, enterándose temprano cada día, de quién le había sido infiel a su esposa, o cuál distinguida dama dispensaba favores románticos y sexuales a determinado personaje, nunca pobre o desvalido.

Son otros tiempos.

Quienes anhelan ser nuevos Trujillos, olvidan dimensiones y circunstancias que permitían tales acciones. Trujillo lo sabía todo…y lo podía prácticamente todo. Hasta que, desubicado por la adulación que lo endiosó, y que estoy convencido de que es irresistible (ahí tenemos a H. Mejía, embaucado por «sus fieles») llegó a la osadía de desafiar los grandes poderes internacionales: el poderío económico y político de los Estados Unidos, y la fuerza moral de la Iglesia Católica, Apostólica Romana, que, a pesar de graves errores y distanciamientos de las enseñanzas de Cristo a través de veinte siglos (que no son dos días), mantiene una fuerza, si se quiere, misteriosa. Como la mantiene la Biblia, sin que cuenten contradicciones y transcripciones dudosas.

Acercándose cada vez más a una acción acorde con las enseñanzas y mandatos de Cristo y modificando una estructura que durante siglos protegió a los poderosos, la Iglesia interviene en los asuntos terrenales, porque el Cristianismo no es una abstracción de la vida sino una actitud vital.

Es la defensa de la dignidad humana, obra del Creador.

)Que en el pasado han habido utilitarismos, tibiezas y sometimientos?

Sí. Los hubo. Pero estamos en un proceso de correcciones y rectificaciones. (Bendita la hora!

Ya escribía el satírico romano Juvenal, quien murió en los últimos años del reinado del emperador Adriano, que «en todas las tierras que se extienden desde Cádiz hasta el Ganges y al Este, hay pocos que puedan disipar la bruma de error y distinguir entre las cosas que son verdaderamente buenas y aquellas que no lo son» Esto es libre traducción del original: «Omnibus in terris quae sunt a Gaudibus usque Auroram et Gangen…»

Tenía razón.

Cuando el manejo político es inteligente, aunque sea malvado, resulta difícil determinar los errores. Pero cuando el manejo político es burdo, tosco y desorbitado, cuando no existen brumas que tiendan un velo sobre el error, entre lo bueno y lo malo, entonces se percibe y se sufre la tortura del desgobierno cruento, indiferente, obnubilado.

De la impresión y emisión de pesos dominicanos sin respaldo, del festival de «inorgánicos» que nunca fue tan alegre y despreocupada, del derrumbe de la economía nacional hasta niveles insoñados ni surgidos en pesadilla alguna, nadie podía sospechar.

Ahora el temor es otro. Como si precisásemos de más.

)Qué habrá de hacer el Gobierno, derrotado en las elecciones del cercano 16 de mayo, hasta la entrega del poder el 16 de agosto? Se trata de un espacio terrible, que ya tiene precedentes en el espacio de la entrega del poder del presidente Jorge Blanco, cuando se tiraron al aire las arcas de Estado, ya asaz menoscabadas.

(Nos falta tanto para comportarnos como una nación respetuosa de la continuidad del Estado!

)Algún día asimilaremos que el fenómeno Rafael Leonidas Trujillo, se debió a una convergencia de circunstancias irrepetibles, en torno a un personaje de un magnetismo irrepetible, en un espacio de tiempo irrepetible?

Entiéndase.

No hay espacio para nuevos Trujillos.

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