Hoy 
SONIA VARGAS
Michelle Bachelet, nacida en Santiago de Chile el 29 de septiembre de 1951, médico de profesión, con post grados en ciencias militares, fue Ministra de Defensa de su país, donde el ejército chileno se vio por primera vez haciéndole el saludo militar a una mujer. Ministra de salud, domina cinco idiomas con fluidez, además del español e inglés, habla francés , portugués y alemán, madre de tres hijos de 26, 21, y 12 años, dos veces divorciada, la Bachelet como le llaman los chilenos, quien gano las elecciones con un 53.49% de los votos , convirtiéndose en la cuarta mujer, elegida democráticamente, en América Latina. (Aunque en América Latina ha habido siete mujeres presidentas solo cuatro han pasado por las urnas estas son: Janet Jagan de Guyana, Violeta Chamorro Nicaragua, y Mireya Moscoso, de Panamá.)
El próximo 11 de marzo de este año Chile tendrá la primera mujer Presidenta. Y como se ha manifestado que el liderazgo femenino es distinto al masculino, acogedor, inclusivo, dialogante e intuitivo, competitivo y menos autoritario.
Aunque lo correcto es señalar, que para ejercer el liderazgo de manera exitosa, y lograr efectivamente atraer y conducir a una sociedad hacia la visión que se tiene para ella, tanto hombres como mujeres deben poseer y utilizar el mismo tipo de capacidades y competencias. Estas además de inteligencia, conocimientos, experiencias y el resto de las cualidades que se exigen a quien ejerza la mas alta responsabilidad de lo que es dirigir una nación.
Pocas veces se da el fenómeno que un solo acontecimiento político pueda generar transformaciones culturales importantes en un país, los cambios de mentalidad y las costumbres de un pueblo suponen procesos acumulativos largos que implican modificar hábitos muy arraigados, algo que no acontece de un día para otro sin embargo, Chile acaba de saborear este acontecimiento que sin duda implicara un giro en la vida de los Chilenos y Chilenas, tener una mujer como presidenta elegida democráticamente.
Mujeres hechas así mismas que triunfan, en sociedades patriarcales contra todo pronóstico, el sexo ?natural? asociado a la autoridad es masculino.
El acceso femenino al poder desde el inicio de los tiempos ha tenido como única vía el ser hija o esposa del hombre dominante, y aun así ha sido la excepción a causa de la discriminación e incluso la exclusión de la mujer de la sucesión. Las monarquías todavía existentes evolucionan hacia la equiparación de los derechos dinásticos para ambos sexos.
En el siglo XXI, las mujeres con cualidades, lo tienen menos cuesta arriba para servir a su país en posiciones de liderazgo.
El poder legislativo, y los nuevos lideres del poder ejecutivo se están feminizando poco a poco, globalmente las mujeres ocupan el 16% de los escaños, o lo que es lo mismo los hombres todavía ocupan el 84%.
En Africa contamos con la primera mujer presidenta del continente elegida Democráticamente Ellen Jonson-Sirleaf, quien gano frente a la celebridad mundial nombrado por la FIFA jugador del año en 1995 George Weah.
Podemos señalar que todas las conquistas que hemos logrado las mujeres a lo largo de los años han sido gracias a la lucha, desde las obreras neoyorquinas que se arrojaron a la huelga a principios de siglo, hasta las obreras textiles que dieron inicio a los hechos de la revolución rusa, las mujeres que en los 70 se lanzaron masivamente a la calle por los derechos de las mujeres, pasando por las obreras militantes y mujeres del pueblo que fueron parte del proceso de los año 70 en chile y que posteriormente lucharon contra la dictadura de Pinochet.
