BRASILIA. La presidenta brasileña Dilma Rousseff sobrevoló el martes las zonas más afectadas por fuertes lluvias y deslaves en el estado de Espírito Santo (sureste), que han dejado al menos ocho muertos y 46.000 evacuados en los últimos días.

Tres personas, incluido un menor, fallecieron la última madrugada en Espírito Santo, estado fronterizo con Rio de Janeiro, debido a un derrumbe de tierra en el municipio de Itaguaçu, informó la prensa local.

Un total de 46.000 personas tuvieron que abandonar sus casas debido a las lluvias en este estado, del que 47 municipios resultaron afectados, informó la Defensa Civil, que también alertó de la posibilidad de nuevas inundaciones y deslaves debido a que algunos ríos están en el nivel máximo. «Es víspera de Navidad, las personas están sufriendo demasiado.

Las casas están inundadas», declaró el gobernador, Renato Casagrande, en entrevista con el diario O Globo.

Antes de viajar a Espírito Santo, la presidenta anunció el envío de dos helicópteros y camiones para distribuir material de emergencia y alimentos en la región. Otro estado fuertemente afectado por las lluvias en los dos últimos meses es Minas Gerais (sureste), que suma desde octubre 15 víctimas fatales, la última un hombre que murió ahogado dentro de su automóvil este lunes, informó la radio CBN.

La Defensa Civil de Minas Gerais informó que 24 municipios están en situación de emergencia y que en total son 64 los municipios afectados.

Más de 700 personas tuvieron que abandonar sus casas. Uno de los peores dramas de las lluvias de diciembre en Brasil ocurrió a inicio de mes en el municipio de Lajedinho, en el interior del estado de Bahia (noreste), donde un temporal provocó la muerte de 16 personas y destruyó más de 200 casas.