Las manifestaciones masivas de la India y la presión popular ejercida durante los sucesos de la primavera árabe constituyen una advertencia sobre los efectos destructivos de la corrupción, tanto políticos como económicos, a los que tendrían que enfrentarse los gobiernos corruptos. Así lo considera Huguette Labelle, Presidenta de la Junta Directiva de Transparencia Internacional.
Lo que vimos en Túnez y el Cairo fueron casos extremos que, no obstante, mostraron la verdadera amenaza a la que se enfrentan los gobiernos que no ponen freno a la corrupción, expreso Labelle al dictar la conferencia El rol de la sociedad civil en la lucha contra la corrupción, que se desarrolló esta noche en el Hotel Melía.
Agregó que cuando se niegan derechos básicos a la población, cuando los sobornos se vuelven una práctica habitual y cuando las personas en el poder actúan con impunidad, los ciudadanos hacen oír su voz de protesta.
Retos y oportunidades
Citó como los principales retos que enfrenta la lucha que sostiene la sociedad civil contra la corrupción: El flujo de fondos ilícitos, la captura del Estado, las extensas fuentes de financiamiento que favorecen la corrupción y el temor arraigado ante funcionarios corruptos.
Sin embargo, se mostró esperanzada en que una de las consecuencias positivas de este panorama podría ser que, en adelante, las personas asuman un rol más activo en el monitoreo de la gestión de lo público.
Ante un sentido de responsabilidad pública cada vez más firme, existe una base masiva de potenciales aliados para organizaciones, que ayudan a las personas a que puedan hacer oír su voz. Juntas, estas personas y la sociedad civil tienen enormes posibilidades de erradicar la corrupción y decir no a la impunidad», concluyó.