Corea del Sur . — La presidenta de Corea del Sur dijo hoy que permitirá al parlamento escoger al primer ministro, una concesión política importante ante el aumento de la indignación pública, en un intento de desactivar un creciente escándalo de tráfico de influencias.
El anuncio de Park Geun-Hye, que ha afrontado decenas de miles de manifestantes y una investigación sobre si una misteriosa amiga íntima manipuló decisiones del gobierno, podría reducir considerablemente su capacidad para gobernar durante los 15 meses que le restan en el cargo.
La decisión de Park, adoptada durante una reunión el martes con el presidente de la Asamblea Nacional, Chung Sye-kyun, implica que el primer ministro de centroizquierda que ella propuso la semana pasada para apaciguar el aumento de la inconformidad al parecer será sustituido.
Sin embargo, los legisladores de la oposición y el partido gobernante deben ponerse de acuerdo en otra persona para el cargo de primer ministro.
El pulso político en torno al primer ministro, que suele ser designado por el presidente como segundo de a bordo, tiene lugar en momentos en que los legisladores de oposición exigen a Park que se distancie de los asuntos internos debido al escándalo que involucra a una antigua amiga de la mandataria, Choi Soon-sil, que no desempeña ningún papel oficial en el gobierno.
Al ceder la prerrogativa presidencial de elegir a un primer ministro, Park se debilitará aún más políticamente. La presidenta afronta malos índices de popularidad y exigencias de la ciudadanía de que renuncie.
Horas antes el martes, los fiscales surcoreanos allanaron la oficina en Seúl de Samsung Electronics, la compañía más grande y lucrativa del país, en relación con el escándalo.
La Fiscalía Central de Distrito en Seúl vinculó el registró en Samsung con una pesquisa sobre el escándalo pero no abundó en detalles.
Según la agencia noticiosa Yonhap, de Corea del Sur, los investigadores intentan confirmar sus sospechas de que Samsung concedió asistencia financiera ilegal a la hija de Choi.
Decenas de miles de personas se manifestaron el fin de semana en Seúl para exigir la destitución de la presidenta.
Nam Jeong-su, portavoz de la Confederación Coreana de Sindicatos, la más participativa de los dos principales centrales de trabajadores en Corea del Sur, dijo esperar que 150.000 sindicalistas, más simpatizantes, se reúnan el sábado y marchen hacia la Casa Azul presidencial.