Por Alfredo Cruz

En un acto político celebrado hace varias semanas en el estadio de baloncesto Fernando Teruel de La Vega, en el cual el presidente Abinader juramentó a varios dirigentes de la oposición que pasaron a formar filas en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), expresó que “ahora a su Gobierno le rinden los chelitos”. Este mismo discurso lo viene reiterando en diferentes lugares y en entrevistas, amparado en una supuesta transparencia y honestidad que no es más que pura retórica.

Lo que no dijo el Presidente fue que en menos de 4 años que tiene gobernando, su Gobierno ha tomado prestado casi 40 mil millones de dólares, superando con creces la cantidad de dinero que tomaron prestados todos los Gobiernos que lo han precedido en toda la historia del país.

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Tampoco se refirió a que la mayor parte de esos préstamos han sido destinados a mantener y aumentar los diferentes subsidios, supuestamente con fines sociales, para personas vulnerables, pero que en realidad, son con fines electorales, como son: bonos navideños, que se mantienen vigentes hasta junio; el bono luz, bono gas, bono escolar, bono frontera, bono mujer, la tarjeta Supérate, el de apoyo familiar, el bono madre y otros más que no están permitidos en tiempos de campaña electoral. En los primeros tres meses del año, el Gobierno consumió RD$2,091 millones en publicidad, descuidando áreas mucho más importantes y prioritarias para el país.

Además, cerca de RD$8 mil millones de estos préstamos han sido volcados para pagar la publicidad de su campaña política, para crear espacios televisivos a todos que los deseen, en los diferentes canales de televisión de todas las provincias del país, sin importar que estos sean o no periodistas, con publicidad de las instituciones públicas, simplemente para que promuevan y defiendan su candidatura y la de los candidatos a senadores, sobre todo de los que no se atreven a salir por su propia cuenta, sino colgados de sus hombros y de los ministros y funcionarios de su Gobierno. También, y esto sí que es muy grave, para la compra de voluntades políticas, como ocurrió en las pasadas elecciones municipales de febrero, en las que sus principales ministros y directores de instituciones se desplazaron como fieras salvajes por todos los municipios y distritos del país a comprar voluntades para imponer sus candidatos a alcaldes y a directores municipales, y casi seguro que lo harán de nuevo para las próximas elecciones presidenciales y congresuales.

Estos chelitos y los de varias instituciones públicas, están siendo utilizados para el otorgamiento de miles de pensiones elevadísimas a miembros de su partido sin méritos acumulados, excluyendo a los que verdaderamente la merecen.

Presidente Abinader. Esos chelitos, que según usted le están rindiendo mucho, les van a salir bastante caros al país, a nuestros hijos, nietos y biznietos, pues los tendremos que pagar con lágrimas sudor y sangre. ¡Qué vergüenza!