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HOUSTON. AFP. El presidente estadounidense, George W. Bush, declaró ayer el estado de emergencia en Texas (sur), donde las autoridades ordenaron evacuar anticipando la llegada del huracán Ike, que alcanzó la categoría 2 y estaba en el Golfo de México rumbo a ese estado.
Esta decisión permite desbloquear una ayuda federal para apoyar esfuerzos locales, mientras que el estado se apronta para la llegada de Ike, que podría fortalecerse antes de golpear la costa de Texas al finalizar la semana.
Ike se arremolinó en el Golfo de México, asiento de las más importantes refinerías de petróleo, y se encaminaba hacia la costa de Texas donde podría tocar tierra fortalecido el sábado por la mañana, pronosticó el miércoles el Centro Nacional de Huracanes (NHC) con sede en Miami.
A las 2100 GMT de ayer, miércoles, el centro de Ike estaba ubicado a 1,155 km al este de Brownsville, Texas, en la frontera con México, señaló el centro meteorológico. El ciclón se movía con rumbo noroeste a unos 13 km/hora, con vientos sostenidos de casi 160 km/h con ráfagas más fuertes, y se prevé que gane fuerza en las próximas 24 horas al atravesar las cálidas aguas del golfo.
La ciudad de Houston, a unos 80 km de Galveston, dispuso personal de emergencia a la espera de la llegada inminente de Ike, que el NHC describió como «un ciclón tropical muy grande». «Nos estamos asegurando de que los tanques de combustible estén tapados y que los botes de rescate estén prontos», dijo el portavoz de la ciudad Frank Michel.
El grupo petrolero anglo-holandés Shell indicó que terminaría ayer, miércoles, las evacuaciones de todo el personal de sus instalaciones en el Golfo de México.
