POR REYES GUZMÁN
Nunca antes se había generado una manifestación tan ácida luego de darse a conocer la lista de nominados a los premios Casandra. Hasta amenazas de bomba se ha recibido en el local de ACROARTE, según dijo Feliz Vinicio Lora, presidente de la entidad que agrupa a los cronistas de arte.

«Acertamos en las nominaciones un 95%, pero por el cinco de errores que quizás cometimos, hemos merecido insultos y ataques. Alguien llamó a la oficina para decirnos que cualquiera tiraba una bomba. Creemos que no hay que llegar a tan peligrosa idea, por simplemente no estar de acuerdo con la selección que se hizo en asamblea».

Lora, revestido de paciencia, no sólo ha tenido que hacer aclaraciones sobre la forma de votación y explicar porqué se tomó en cuenta la labor de muchos y se dejó fuera la rutina de pocos, sino que ha tenido que escuchar barbaridades de algunos cronistas.

Está preparado para continuar defiendiendo la posición de la institución y asegura que no cambiará por presiones de nadie y menos de algunos artistas que no tienen memoria, esos que han olvidado los piropos a los miembros de ACROARTE cuando fueron nominados.

«No es verdad que vamos a aceptar chantajes. Es frecuente que los que no están nominados acaben con nosotros. Ya estamos acostumbrados».

Por las reacciones, los acroartianos son buenos y justos cuando toman en cuenta la labor y la calidad de los que por todo un año se destacan. Son malos, incoherentes y sin conocimientos cuando no premian la rutina. Como quiera es malo.