SAO PAULO. El presidente de Brasil prometió que se mantendrá en el poder a pesar de una nueva e hiriente denuncia de corrupción, pero el mayor país de Latinoamérica podría estar sin timón mientras Michel Temer lidere lo que un analista califica de “gobierno muerto”.
Temer adquirió un tono desafiante el jueves al asegurar que la Corte Suprema lo declararía inocente en su investigación sobre las acusaciones de que respaldó una trama para pagar sobornos a un influyente exlegislador encarcelado por corrupción.
Pero Brasil y su gobierno no olvidarán estas acusaciones incendiarias con facilidad. Las acciones y la moneda brasileña se desplomaron mientras los inversionistas digerían las denuncias reportadas por primera vez por el diario Globo el miércoles en la noche. Dos pequeños partidos retiraron su apoyo a la agenda del presidente en el Congreso y uno de sus ministros renunció en medio de rumores de que otros podrían seguir sus pasos.
Mientras Temer siga en el poder, la crisis política podría dejar el país a la deriva, justo cuando necesita una mano firme para sacar a la economía de la profunda y larga recesión que atraviesa. Los proyectos de ley que iban a llegar al Congreso para relajar las normas laborales y reformar el sistema de pensiones dos medidas que según Temer son vitales para restaurar la confianza de los inversionistas en el país están ahora paralizadas.
“Si Temer no cae, estará liderando un gobierno muerto”, dijo Claudio Couto, profesor de ciencias políticas en la Fundaçao Getulio Vargas, una universidad y centro de estudios de Sao Paulo.
Globo reportó que Temer había sido grabado avalando pagos al ex presidente de la cámara baja Eduardo Cunha, que fue sentenciado a 15 años de cárcel por corrupción en la investigación sobre las mordidas en la petrolera estatal Petrobras, pero muchos creen que su declaración podría dañar a docenas de políticos.
Ante los rumores de que presentaría su renuncia, Temer compareció en público para ofrecer un desafiante mensaje a la nación.
“En ningún momento yo autoricé el pago de nadie”, aseguró rotundamente el dirigente, alzando la voz y golpeando el podio con su índice. “No compré el silencio de nadie”.
“No renunciaré“, subrayó.
La Corte Suprema abrió una investigación sobre las acusaciones contra Temer y levantó el sello con respecto a la grabación. Globo publicó entonces los casi 39 minutos de grabación, de mala calidad y con frecuencia inaudible.