Las habilidades humanas, como la originalidad, la iniciativa y el pensamiento crítico, serán cada vez más relevantes en la medida que la tecnología y la automatización avanzan en el marco de la Cuarta Revolución Industrial, dominada por la robótica y la inteligencia artificial.
El planteamiento fue hecho por el presidente de Casa Brugal, Augusto Ramírez Bonó, durante la conferencia magistral “El camino hacia el éxito en un mundo en constante transformación”, dictada en la Feria de Talentos de INTEC.
El ejecutivo, quien es egresado de esa academia, dijo que esa realidad representa un reto para las universidades, que deben consolidar en los estudiantes los valores de la equidad, la tolerancia y la inclusión, así como estimular aptitudes para la investigación, la creación, la innovación y la interacción en un contexto cada vez más multicultural y competitivo.
“La universidad debe ser el motor de la investigación y el desarrollo de ideas para el crecimiento y la competitividad de los países. Solo así lograremos garantizar un sistema socioeconómico próspero y sostenible”, manifestó el empresario.
Se calcula que más del 60% de los niños que hoy cursan la enseñanza primaria, realizarán tareas actualmente no conocidas cuando alcancen la edad laboral. “Aunque ninguno de nosotros tengamos la solución, sí podemos contribuir a impulsar los cambios que se necesitan”, aseguró.
Ramírez Bonó subrayó que “esa es la razón por la que Casa Brugal impulsa iniciativas como Edrington Academy, una plataforma de capacitación y desarrollo que permite a los equipos desarrollarse en los nuevos roles que demanda y demandará esta revolución imparable.”
Sostuvo que, en un mundo interconectado y en constante cambio, las universidades y las empresas tienen el poder transformador de promover sociedades más abiertas, diversas e inclusivas. “Ahora más que nunca se necesitan instituciones que validen paradigmas y contribuyan a consolidar en los estudiantes algo que siempre le deberé a INTEC: la necesidad de nunca dejar de aprender”, dijo.
El presidente de Casa Brugal expresó la necesidad de preparar a las nuevas generaciones para que se desempeñen con éxito en la diversidad, que equivocadamente reducimos a género, raza y capacidades funcionales, cuando también es creencias religiosas, ideas políticas, nivel socioeconómico, orientación sexual, pertenencia cultural e incluso preferencias de gestión y liderazgo.
Expuso que la diversidad en el lugar de estudio y de trabajo es un valor, no solo para las universidades y para empresas, sino también para los estudiantes y los empleados, pues impulsa en ellos la necesidad de innovar, aportar y crear sinergia, algo que los entornos homogéneos muy pocas veces posibilitan.