Quito.- El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, instó hoy a su predecesor, Rafael Correa, a que regrese al país a “dar la cara” en el caso de secuestro de un opositor, por el que fue procesado y está prófugo, y garantizó plena independencia judicial.
Desde que se inició el proceso legal en el que Correa fue vinculado el 18 de junio, el mandatario ecuatoriano no se había pronunciado al respecto, guardando un mutismo oficial mientras que sus ministros se limitaban a reiterar la separación de poderes que existe en el país y el respecto a las resoluciones de los jueces.
En el último capítulo del caso que salpica a Correa, hoy se conoció que la Corte Nacional de Justicia (CNJ) ecuatoriana solicitó a Interpol la notificación roja de búsqueda y captura del exmandatario -que reside en Bélgica desde hace un año-, por incumplimiento de la medida cautelar de comparecer ante la sede judicial de Quito.
El gobernante ecuatoriano se pronunció por primera vez sobre la cuestión en una charla informativa hoy con medios extranjeros en la sede del Gobierno, aunque trató de mostrar distancia sobre el proceso judicial al asegurar que no le “interesa si el señor Correa es apresado o no (…) ojalá no sea culpable».
A renglón seguido lo instó a “dar la cara” y aseguró que tendrá un juicio justo. “Ahora es una Justicia independiente, el señor Correa debe tener la completa certeza de que esa Justicia funciona de forma autónoma e independiente, que no tenga ningún recelo de venir al Ecuador, este es su país y que enfrente a la Justicia”, afirmó.
Al rememorar que el propio Correa llamaba a los ecuatorianos prófugos a regresar y afrontar la Justicia, y recordar que un exmandatario retornó a Ecuador y estuvo unos meses en prisión hasta ser declarado inocente, Moreno aseguró que en el país no se busca “venganza” sino justicia, “la verdad se defiende sola».
Acerca del argumento utilizado por Correa de que es objeto de un complot y persecución del Ejecutivo ecuatoriano, el actual mandatario ironizó con que “sobre el argumento de que es un preso político, lo mismo puede decir el (narcotraficante mexicano) Chapo Guzmán».
“Los ecuatorianos sabemos que no es así, sabemos que muchas cosas han ocurrido durante ese período (de Gobierno de Correa) y lo único que queremos es que haya verdad y justicia».
Al ser interpelado sobre los marcos de extradición, confirmó que existe un acuerdo con Bélgica que data de hace cien años. Por su parte, el canciller ecuatoriano, José Valencia, subrayó que el Ministerio de Relaciones Exteriores y sus misiones en el exterior constituyen “un actor de apoyo a las gestiones» relacionadas con las resoluciones de la CNJ. “La Cancillería no hace sino cumplir las disposiciones de la ley ecuatoriana a fin de facilitar la gestión de esos pedidos de extradición”, recalcó.
La situación jurídica de Correa, que ha asegurado que en Ecuador no existen garantías jurídicas ni se ha completado el debido proceso legal en su caso, podría acarrear asimismo efectos colaterales diplomáticos con tradicionales aliados ideológicos regionales. Hoy Moreno se refirió a las recientes declaraciones hechas por los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Bolivia, Evo Morales, en la línea de que el trabajo de los jueces en Ecuador relativo a Correa responde a una persecución o injerencia de EE.UU. en el país.
“Respecto a las declaraciones desafortunadas, nosotros hemos sido tremendamente respetuosos con la autonomía de cada uno de los países y exigimos correspondencia”, subrayó. Y advirtió al Gobierno de Venezuela, del que ha mantenido equidistancia de su situación política hasta la fecha, que “no provoque” porque “también sabemos hacerlo de otra manera».
Ecuador expresó ayer su enérgico rechazo a las declaraciones de Maduro y Morales y llamó a consultas a los embajadores de ambas naciones, así como al representante diplomático en La Paz. En reacción a esas declaraciones, también aplazó la partida del embajador ecuatoriano en Caracas. En otro contexto, Mostró hoy su inquietud ante el funcionamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que integra a 12 países, una institución que dijo “no está funcionando” y cuya sede, al norte de Quito, calificó de “nuevo elefante blanco, que en algún momento habrá que buscarle otro destino».