Rafael Correa. Fuente.

QUITO, AFP. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó hoy a Pyongyang y Seúl a mantener la paz y la cordura, y rechazó la declaratoria del estado de guerra de Corea del Norte contra Corea del Sur en medio de una crisis en la que interviene Estados Unidos.  

Ecuador se ha pronunciado «por el llamado a la cordura, para que prevalezca la paz», expresó el mandatario en declaraciones a la prensa en el puerto de Guayaquil (suroeste). 

Agregó que Quito «siempre va a buscar que los conflictos se resuelvan por el diálogo, por métodos pacíficos, y rechazar cualquier llamado a la violencia, cualquier estado de guerra».  

Correa manifestó que la situación en la península coreana «es algo gravísimo, eso puede desatar una guerra nuclear» y que Pyongyang «ha declarado el estado de guerra y es algo que nos tiene que preocupar a todos».  

Empero, el jefe de Estado ecuatoriano señaló que «no creo que las cosas lleguen a más» y que su país «ha apoyado la tesis de la desnuclearización de la península coreana y del mundo entero».  

«Debemos liberar al mundo de armas nucleares porque en esto también hay bastante doble estándar, bastante inconsistencia: que tú si puedes tener porque eres mi ‘pana’ (amigo); tú no, tú eres un demonio, tú eres el mal», indicó.  

Correa enfatizó que «también debemos tener un sólo estándar». El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, había dicho por Twitter que Quito «condena cualquier escaramuza que pudiera dar lugar al inicio de conflicto militar en la península coreana. Llama a bajar tensiones».  

Añadió que «Ecuador confía en que países hegemónicos entienden el grave daño que se haría a la paz mundial con un conflicto entre Corea del Norte y del Sur» y que «preocupa posible uso armas de destrucción masiva si se reactiva conflicto coreano. ONU debe liderar acciones hacia el diálogo y distensión».  

En medio de la crisis, Corea del Norte anunció que anulaba un armisticio firmado con Corea del Sur, pactado hace 60 años y que interrumpió hostilidades bélicas entre ambos, y declaró que se encontraba «en estado de guerra» con su vecino. Ante esa situación, Estados Unidos anunció el martes que se defenderá y protegerá a su aliado surcoreano frente a cualquier agresión de Pyongyang.