Manila. El presidente filipino, Rodrigo Duterte, advirtió el jueves que podría imponer la ley marcial y suspender las elecciones en decenas de miles de localidades, lo que alimenta el temor sobre el futuro de la democracia en el archipiélago.
Duterte explicó que estaba considerando estas dos medidas en el marco de su controvertida campaña para erradicar la droga.
La ley marcial permitiría asimismo, según Duterte, solucionar otras amenazas a la seguridad.
«Si decreto la ley marcial, pondré fin a todo los problemas, no solo la droga«, dijo en una conferencia de prensa organizada antes del alba de regreso de Tailandia, país gobernado por una junta militar.
La ley marcial, continuó, permite crear tribunales militares para juzgar casos de terrorismo.
«Permitiré al ejército que os juzgue y os ejecute en la horca», dijo refiriéndose a los islamistas del sur del archipiélago.
Desde su holgada victoria en las elecciones presidenciales de 2016, Duterte envía señales contradictorias sobre la instauración de un eventual régimen de excepción.
Esta cuestión es extremadamente sensible en el país, que aún trata de consolidar la democracia tres décadas después de la revolución del «poder del pueblo», que acabó con la dictadura de Ferdinand Marcos.