Presidente de Honduras y su esposa se separan

Presidente de Honduras y su esposa se separan

Tras algo más de tres años de matrimonio, el presidente de Honduras, Ricardo Maduro, y su esposa, Aguas Ocaña, se separan. La revista española «Hola» da cuenta de ello en la edición de esta semana, donde la primera dama de Honduras confirma una decisión que estaba tomada hace tiempo, según afirma.

Con gran elegancia, la española Aguas Ocaña ha desvelado su separación del presidente de Honduras, Ricardo Maduro, después de tres años de matrimonio. Con una madurez inusual, Aguas Ocaña desgrana en la publicación española que «ha sido una etapa muy bonita, pero al final nos dimos cuenta de que teníamos objetivos diferentes en la vida».

No hay terceras personas

Según este semanario español, «la decisión estaba ya tomada meses atrás», pero la pareja mantuvo «las formas porque pensaron que prevalecía el interés público sobre las relaciones personales», en vísperas de la toma de posesión del nuevo mandatario hondureño, Manuel Zelaya, el próximo viernes.

La hasta ahora Primera Dama de Honduras, volcada en los aspectos sociales durante sus años de matrimonio con Maduro, hace un balance positivo sobre esta etapa que termina ahora, sobre la que asegura que «hemos atendido a cincuenta mil personas con problemas de salud», además de despertar «la sensibilidad en los temas infantiles».

Sobre la existencia de terceras personas en esta ruptura, la española afirma tajante que «no hay y habrá mucho respeto entre nosotros». Aguas Ocaña está convencida de que su futuro «a nivel personal va a ser mejor, porque no voy a llevar el ritmo que llevo, trabajando doce y catorce horas diarias».

Me voy para no molestar

Próximamente, se trasladará durante unos meses a Nicaragua con sus tres hijos adoptivos, para poner su experiencia en el campo social al servicio de ese país vecino, apoyada por la Primera Dama nicaragüense, Lila de Bolaños.

«Me marcho porque no quiero molestar, y volveré a Honduras cuando me sienta fuerte», pero, de momento, Ocaña se muestra ilusionada por su futuro en Nicaragua, donde intentará «mitigar el dolor infantil».

Aguas Ocaña contrajo matrimonio con el presidente Maduro el 10 de octubre de 2002. Convertirse en la Primera Dama de Honduras supuso un cambio personal de grandes dimensiones para esta sevillana. Además, se encontró en medio de una historia de celos, amor y terceras personas cuando en julio de 2003, la Primera Dama se quejó del comportamiento de la ministra de Cultura, Artes y Deportes, Mireya Batres.

Momentos difíciles

Batres fue novia de Maduro cuando no era presidente y más tarde estuvo presente en la Casa Presidencial. «Como todo el mundo conoce ya, digamos que de alguna manera ella (Mireya Batres) molestaba con su actitud. Que él (Ricardo Maduro) diera ese paso, ponerla en su sitio, ha supuesto un apoyo grande a nuestra relación», declaró Ocaña al respecto.

Mireya renunció a su cargo, y el Presidente de Honduras reconoció que había cometido un error al nombrarla como ministra. Las fricciones en la pareja cesaron.

De hecho, Ocaña reconoció también en la misma ocasión que su relación «ha pasado por momentos difíciles: me he tenido que enfrentar con nuevas circunstancias al comenzar a residir en un país que no era el mío, y a una nueva situación personal, fruto de mi matrimonio. Además, estoy casada con el presidente de un país que no es el mío y he tenido que adaptarme a nuevas normas sociales como consecuencia de ser la Primera Dama».

Por aquel entonces, aún esperaban compartir paternidad. «Es algo que no me quisiera perder. Por lo menos, un hijo. Ricardo no siente tanta necesidad porque ya ha sido padre, pero a mí me apetece mucho. Y tener una personita en común debe de ser muy bonito», refería.
EFE- REPORTAJES

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