POR ELVIS LIMA
El presidente de la Junta Central Electoral (JCE), doctor Julio César Castaños Guzmán, renunció ayer al controversial cobro de RD$66,000 que por conceptos de incentivos percibían mensualmente los magistrados. La sorpresiva decisión del jurista es una respuesta al alud de críticas recibidas por el cobro después que la jueza Aura Celeste Fernández devolviera el pago por considerarlo “inmoral”.

La decisión de la abogada  provocó una amplia discusión pública que incluyó a otros jueces de la Junta.

En medio del cruce de opiniones el presidente del Tribunal Contencioso de la JCE,  doctor Mariano Rodríguez, también renunció al incentivo.

En una carta de dos páginas fechada ayer y dirigida al pleno de la junta, número 6123, Castaños Guzmán, expresa que la esencia de esa iniciativa dispuesta en administraciones anteriores perdió su objetivo, y que, en la actualidad, sólo ha conseguido dividirlo.

“Hago votos por la unidad de la Junta Central Electoral. Tengo una gran esperanza en todos ustedes. Espero además, que cuando sanen las heridas, cuando se extinga el escozor de las malquerencias que las han causado, quedará una gran paz. La paz de la Justicia y el fruto bendito del perdón”, manifestó Guzmán.

Consideró que independiente de la legitimidad o no de lo establecido en la ley 14-91 del Servicio Civil y Carrera Administrativa y su Reglamento, tiene la convicción de que el soberano no quiere que los integrantes de la JCE perciban el importe del cuestionado incentivo.

Indicó que decidió además tomar la decisión debido al “desincentivo provocado”, y al manto de dudas generado en gran parte de la opinión pública.

“Dejando de lado la discusión jurídica, acojo desde ya en cuanto a lo que a mí respecta, ignorar el incentivo que conforme a la legislación vigente me correspondería, ya que el país, al parecer, no lo entiende justo. Me inclino reverente ante la nación dominicana, y no aceptaré la retribución por horas extraordinarias y días feriados”, precisó Castaños Guzmán.

Dijo que asume el rechazo popular dado por diversos sectores de la vida nacional al cobro de los incentivos, como una expresión de democracia, decisión que como servidor público acepta con buena templanza.

Manifestó que si bien abomina de la infamia con que se le ha pretendido afrentar, perdona desde ahora cualquier duda sobre su persona; “pero, siempre agradezco que me digan la verdad, aunque están de más las insolencias”.

El pasado 14 de febrero, la Cámara de Cuentas se declaró incompetente para pronunciarse entorno a la legalidad, o no del cobro de incentivos que perciben los jueces del tribunal comicial, luego de una instancia enviada a ese organismo por el pleno de la junta.

Aseguró que decidió presidir la junta en esta ocasión para  cumplir con un mandato conferido por la ciudadanía a través del Senado de la República Dominicana, por lo que está decidido a realizar un trabajo sumamente profundo, delicado y objetivo.

Precisó que el trabajo en el tribunal también amerita de estudio, preparación técnica, mucha paciencia y disposición de escuchar.

Debido a esta situación pidió a los demás jueces evitar distracciones y consagrarse al trabajo para el cual fueron elegidos, ya que si han encontrado normas, usos o criterios no ideales, para sus juicios administrativos, los deben de resolver con prudencia, apego a la ley y en el momento y espacio competente.

“Porque nunca accedí a ocupar este cargo en atención a lo que pagaban o no pagaban, sino fiel a lo que ha sido el lema de nuestra vida forjada en el ejercicio de la profesión de abogado que dignamente hemos desempeñado a través de cinco generaciones”, manifestó Guzmán.

Indicó que siempre ha actuado con honor y solemnidad del deber de servicio a la sociedad y a la Patria, siendo útil al prójimo en sus necesidades y obedeciendo las leyes establecidas.

“Los frutos de estos emolumentos han destilado cual uvas agraces, un caldo de amargura. Retama que llena el ambiente de desazón. ¿O serán acaso al mismo tiempo mieles del poder, que han determinado el zumo de un guarapo desorientador?”, precisó Castaños Guzmán en su misiva.