El presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo del Poder Judicial, Mariano Germán Mejía, dijo que aunque le preocupa el caso de los hermanos Huber Osvaldo y Ángel María Biutrago, acusados de lavado de activos, prefiere no opinar, ya que esto puede invalidarlo jurisdiccionalmente con relación a cualquier diferéndum vinculado al expediente que pudiere llegar a su despacho.
Expresó que respecto a la variación de la medida de coerción a favor de los colombianos, prefiere no inmiscuirse, aunque le preocupan grandemente las informaciones que parecen reflejar conflictos entre los valores: derechos fundamentales, derechos humanos, seguridad, persecución del crimen internacional organizado e independencia de los jueces.
Mostró su consideración y respeto a los medios que cubren la fuente y se mostró abierto a conversar con ellos sobre los casos donde su opinión no afecte los procesos que se ventilan. La prudencia debe ser el mejor adorno que acompañe las decisiones de un presidente de la SCJ,