El presidente del Colegio de Abogados de la República Dominicana, Miguel Surun Hernández, renunció este jueves al Partido de la Liberación Dominicana alegando maltratos sistemáticos a lo interno del Partido en contra de él.
La renuncia fue entregada a través de una carta dirigida al presidente de la organización Juan Temístocles Montas y depositada en el local del partido.
Surun Hernández informó en la misiva la existencia de una persecución en su contra por los reclamos que ha emprendido el Colegio al Consejo del Poder Judicial y al Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Magistrado Luís Henry Molina, en demanda de la apertura de los tribunales, situación que viola la Constitución y afecta a millones de usuarios del sistema.
“Nos parece increíble e inaudito que se nos maltrate al nivel de retirarnos el apoyo de Dignidad Jurídica, lo que a nuestro juicio, constituye una exclusión implícita del Partido de la Liberación Dominicana, que sumado a la campaña de amenazas y hostigamiento por parte de dirigentes y funcionarios del gobierno, quienes de manera descarada nos exigen que desistamos de las protestas y acciones contra su “representante” en la Justicia, ignorando el sufrimiento que ha generado el sistema virtual que han impuesto, en la clase jurídica Nacional con el cierre de los Tribunales, doblemente golpeada, por la exclusión no sólo de las merecidas pensiones, de las asistencias financieras que a muchos sin merecer, se les entregó; todo con el propósito de castigar a una entidad, cuyo único pecado ha sido no luchar y defender los intereses de sus miembro”, expresó Surun Hernández.
El gremialista agregó que es sorprendente que pretendan que por apoyo político, ignoremos el abuso y caos creado en el sistema de Justicia, ese abuso incalificable y desalmado, de llevar el hambre a miles de abogados/as, de juzgar ciudadanos/as de escasos recursos económicos en violación al debido proceso; eso no lo vale ningún cargo, mucho menos el apoyo político, reitero preferimos pasar hambre, quedarnos solos, a llevar ese cargo de conciencia.
Miguel Surun Hernández manifestó su satisfacción del deber cumplido y de defender aquellos que representa, con tesón y entrega, esto produce una tranquilidad de espíritu, que ningún apoyo sustituye, hemos venido a servir a través del sacrificio, aunque dicho sacrificio ha implicado una merma considerable en nuestros ingresos y patrimonio personal.
Destacó en la carta que durante su administración en el Colegio de Abogados se ha registrado un aumento exponencial en la formación de los abogados entregando más de cien mil títulos de formación, el remozamiento de la planta física, la automatización del Carnet de identificación abogados/as de los procesos de consulta de miembros, la adquisición de nueva sede; la aprobación de Ley núm. 3-19 que crea el CARD, la lucha y defensa por los derechos de los afiliados, hasta el extremo de someter al Estado por despojo del Club de los Abogados, cuyos procesos están pendientes de fallo, que implican más de mil millones de pesos a favor de la institución.
Agregó que “Hemos demostrado y seguiremos demostrando nuestro compromiso en la lucha contra la corrupción, en demandar el cumplimiento de las leyes de la República, y que todo aquel que cometa actos de corrupción sea llevado a la justicia, pero al parecer eso no les simpatiza a algunos altos dirigentes del PLD, para ellos solo vale la sumisión, olvidando los de abajo, con tal de defender sus intereses propios”.
Indicó que dichas acciones que son incompatibles con su persona, alegando que se dedica a trabajar de sol a sol, que en ninguna entidad del Estado aparecerá una servilleta de beneficio a mi favor, ya que entiendo que el dinero del Pueblo es para el Pueblo, y que el se quede con recursos públicos, debe serle aplicada todo el peso de la Ley.
Al concluir la carta expresó que dadas dichas circunstancias, tomó la decisión de renunciar de manera irrevocable a nuestra calidad de miembro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y a la vez agradecer el trato de tantos amigos que aún quedan en el PLD, aquellos que hacen el trabajo del día a día, ojalá puedan ser valorados y tomados en cuenta, en lugar del olvido y humillación a que por lo regular, son sometidos.