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Lisboa.- El ex presidente del Banco Espírito Santo (BES), Ricardo Salgado, declara esta mañana ante un tribunal portugués por su presunta implicación en el caso de blanqueo de capitales Monte Branco.
Salgado es dueño de una de las mayores fortunas del país y dejó su cargo como máximo responsable del BES -la principal entidad financiera lusa a nivel de activos- el pasado día 14, cuando fue sustituido por el economista Vítor Bento.
Su salida se produjo como consecuencia de la crisis que atraviesa el Grupo Espírito Santo, del cual es uno de sus directivos y en cuyo seno varias empresas corren el riesgo de declararse en insolvencia.
Este emporio familiar, con intereses en sectores diversos que abarcan desde la banca hasta los seguros, la agroalimentación o el turismo, es considerado una de las patas sobre las que descansa todo el sistema económico y financiero portugués.
De hecho, el grupo es también el máximo accionista del BES, con el 20,1 % de sus acciones, aunque la familia fue recientemente separada de su gestión -la marcha de Salgado tras 22 años en el cargo es prueba de ello- a instancias del banco central luso.
El llamado caso Monte Branco surgió ya en 2011 e investiga el blanqueo de capitales a través de la sociedad suiza «Akoya».
El propio Salgado ya fue llamado a declarar en diciembre de 2012 por este mismo asunto, aunque la Fiscalía emitió un mes después un comunicado en el que afirmaba que entonces no existían «fundamentos» para que Salgado fuese considerado sospechoso.
El Ministerio Público informó hoy de que su detención se produce después de las «diligencias» -registros a filiales del Grupo Espírito Santo, según medios lusos- llevadas a cabo este miércoles por la policía. EFE
