Presidente, dígale no al chantaje y a las presiones mediáticas

Presidente, dígale no al chantaje y a las presiones mediáticas

Rafael Santos, escritor, periodista y politólogo.

En las últimas semanas, el tema obligado ha sido el referente a la problemática que envuelve al vecino país, no ya con la violencia y la inestabilidad socio-política, sino con el que tiene que ver con el río Masacre, en donde y a manera de provocación, según lo entendemos, un importante sector de allí mantiene, tomando como bandera de lucha la construcción de un canal para desviar parte de su cauce.

El río Masacre nace en Loma de Cabrera, específicamente en la zona montañosa de Pico del Gallo, de esta parte de la isla, República Dominicana y desemboca en la bahía de Manzanillo. Tiene 55 km de extensión.
Ahora bien, se hace más que necesario que los sectores intelectuales, políticos, culturales y empresariales (sobre todo estos últimos) de nuestro país, continúen sumándose al discurso del Presidente Luis Abinader y de las entidades nacionalistas.

De acuerdo a lo que observamos, dentro de nuestro territorio, todavía hay voces que junto a las presiones de aquellas naciones y sectores internacionales, nos quieren imponer una realidad que a la vista de todos, se ve que nos perjudica, por ejemplo, ahí está este caso sobre el canal, el cual sumándose a todo esto, observamos un pobre y desalentador discurso en un segmento de anti patriotas que mediante el chantaje mediático vienen haciendo causa común con quienes en esta importante lucha libra el pueblo dominicano.

Soy de los que piensa, que nuestras autoridades y a sabiendas de que estamos luchando contra enemigos encubierto aún dentro de nuestro territorio, quienes, (repetimos) sumados a intereses foráneos, han estado ejerciendo todo tipo de presión para hacernos ver ante la opinión pública internacional, como los malos de la película.

Ahora bien, la realidad es que estamos siendo víctimas de planes que, quiérase o no, están siendo muy bien trabajados para continuar llenándonos el país de haitianos. Es por ello, que las crisis que allí se han estado dando en los últimos 10 o 15 años, en vez de buscarle una solución, empeora cada vez más, con el objetivo (claro está) de ir creando la profundización de la confrontación a lo interno de Haití y de ciertos sectores con matices violentos, para con ello, trabajar la agudización de su inestabilidad, todo estos hacia continuación de la invasión pacífica de la que estamos siendo objeto.

Ante tal situación, proponemos estos 10 elementos:

1.- Que se continúe trabajando en pos del fortalecimiento a nuestra soberanía, no solo desde las escuelas o centros de educación media, sino, con cruza calles, pancartas, volantes, canciones, etc., en fin; con la utilización de todos los elementos que nos puedan enarbolar el sentimiento patrio.
2.- Nuestras autoridades deben continuar actuando con la inteligencia política como hasta ahora lo han estado haciendo, es decir, no poniéndole caso a las provocaciones mediáticas y a las presiones de algunos sectores enemigos de la patria, tanto de aquí, como de allá.
3.- El gobierno debe usar los canales correspondientes para determinar con evidente precisión quiénes son los dominicanos enemigos de su propio país, es decir, aquellos que desde su propio lar, se convierten en conspiradores impenitentes.
4.- Mediante estrategias muy bien elaboradas, las autoridades deben de disponer de un cuerpo élite intelectual- pensante, que además de prensa del palacio, ese reducido grupo de intelectuales nacionalistas orienten con veracidad y de manera educativa la real situación por la que atravesamos frente a nuestros vecinos haitianos.
5.- Que a través de cuantos medios sean posibles, mantener una campaña nacionalistas basadas en el pensamiento Trinitario, y sobre todo, llevar el nacionalismo a los barrios de nuestros pueblos.
6.- Que el señor Presidente de la República, Luis Abinader, y de manera constante si se puede, le hable al país y oriente sobre la realidad por la que como nación atravesamos con relación al tema haitiano.
7.- Nuestras autoridades no pueden dar su brazo a torcer en esta ruda lucha, en donde sectores foráneos se enquistan para reducir nuestra nacionalidad para beneficio de Haití.
8.- Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, se debe instruir a todo el personal (entiéndase Embajadores y cónsules) acreditados en las principales capitales del mundo, para que se establezca una agresiva campaña de orientación, con una línea definida, única; en donde se les informe al mundo sobre nuestras realidades con relación a la posición de la defensa de nuestra soberanía y de los aprestos de ciertos sectores enemigos de nuestra patria.
9.- De igual manera se deben establecer programas emergentes de repatriaciones masivas de aquellos nacionales haitianos que se sospeche representen algún tipo de peligro para nuestra estabilidad como nación y los cuales según despachos de prensa, bien pudieran estar escondidos en sectores populares y rurales de nuestro país, y
10.- A través de los departamentos investigativos de la nación, se rastreen con meridiana posición todos y cada uno aquellos sectores haitianos que pudieran estar usando las redes sociales y cuantos medios de comunicación hayan podidos, para crear agresivas campañas de descréditos en nuestra contra, esto unido con ciertos actores que con el traje del humanismo, han estado haciéndole un flaco papel a nuestra soberanía.
Pie de fotos
1.- Presidente Luis Abinader, hablando ante la ONU sobre la crisis haitiana.
2.- Los grupos antagónicos de Haití, mantienen a ese sufrido país, dentro de un espiral de violencia que no le permite transitar el camino del desarrollo.
3.- El canal que sobre el río Masacre se construye en la otra parte de la isla, representa un problema más para el mantenimiento de las relaciones dominico-haitiana.
4.- Patrullas especializadas del Ejército Dominicano, resguardan nuestra frontera ante la situación por la que atraviesa el vecino país.

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