Presidente, el barco está haciendo agua

Presidente, el barco está haciendo agua

¿Está informado el Presidente de la República de todas las diabluras que cometen sus funcionarios, y quienes no lo son, a costa del robo al erario y del engaño al público?
Si no está informado, sus amigos y funcionarios se burlan permanentemente de él, y lo quieren convertir en cómplice y eso sí que es grave.
Desde siempre me ha preocupado, y ahora me preocupa más, el país que vamos a dejar a nuestros nietos, a los suyos, a los míos, a los del otro hijo de vecino.
¿Queremos que nuestros nietos vivan en un ambiente como el actual? ¿Hemos enseñado a nuestros hijos y nietos, los principios morales contenidos en los mandamientos de la Ley de Dios y en los dos mandamientos de que habló Jesús: amar a Dios sobre todas las cosas y amar a tu prójimo como a ti?
El poeta Freddy Miller Otero ante una situación desesperada escribió: “ He llenado mis manos de luz escribiendo…escribiendo….”
Pero ¿basta con escribir, denunciar, gritar, decir, maldecir, denunciar, urticar? “No. No basta rezar. Hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”.
¿Palabras? Palabras de verdad, de profundidad, de sugerencias nobles, nunca sobran, pero falta acompañarlas con la acción.
Por las redes sociales circulan listas y nóminas donde aparecen como favorecidos fulanos y fulanas que no ejercen ninguna función útil, parásitos cuyo único trabajo para el gobierno es cobrar todos los meses un sueldo de lujo.
Hay un sinnúmero de asesores, buscavidas, pulgones, que cobran cheques de miles y miles, hasta de cientos de miles de pesos, sin dar un golpe. ¿Acaso es justo que ocurra tal situación?
Eso es posible por la complicidad de demasiada gente que no solo entiende que tiene derecho a tales sueldos para pagar favores políticos, sino que esperan que la Nación los reconozca, los premie.
No es asunto de criticar, de alarmarnos, de descubrir que fulano y zutana son culpables de robo al erario, sino que también sus superiores son cómplices de esos delitos.
Una de las definiciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua dice que robar es “Tomar para sí lo ajeno o hurtar de cualquier modo que sea”.
¿Cómo es posible que la Contraloría y la Tesorería de la Nación paguen nóminas de gente que no trabaja? ¿Cómo es posible que la Cámara de Cuentas emita descargo de la ejecución del Presupuesto de Gastos sin una auditoría exhaustiva?
¿Es que el país está lleno de sinvergüenzas que viven del erario? ¿Es que esos funcionarios y los que cobran sin trabajar piensan que nunca llegará la hora de la justicia?
Como escribió el poeta, “Mañana, hijo mío, todo será distinto, se marchará la angustia por la puerta del fondo”

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