El Presidente Leonel Fernández afirmó ayer en Salvador de Bahía, Brasil, que no se ha dicho todo sobre la crisis hipotecaria y financiera registrada en los Estados Unidos, por lo que propuso a los países latinoamericanos y del Caribe exigir a los organismos financieros internacionales decir la verdad sobre la situación, de manera que las pequeñas economías adopten políticas para disminuir el impacto de los daños.

Cree que la dimensión de la crisis es mayor de lo que se ha dicho de manera pública.

Sostuvo, además, que la Reserva Federal de Estados Unidos debe informar sobre la gravedad de la crisis que sacude a ese país, ya que de ser como se sospecha pasarán 10 ó 15 años para superar la actual situación mundial. Al intervenir en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo,  Fernández reveló que nuevos instrumentos financieros estarían afectados, “una realidad que se le oculta a la humanidad”.

Manifestó que “permutas de créditos no pagados, equivalentes a 60 trillones de dólares estarían afectadas, lo que representaría el Producto Interno Bruto de todos los países del planeta”.

“No hay forma de contener esta crisis, si nuevos instrumentos financieros fueron afectados por la especulación” dijo el jefe de Estado luego de  proponer una respuesta conjunta de América Latina y el Caribe para ser llevada ante las Naciones Unidas.

Planteó a sus homólogos que “el debate actual no debe reducirse a si estamos ante un capitalismo bueno o un capitalismo malo”.

“De lo que se trata es de cómo Latinoamérica y el Caribe pueden elaborar propuestas comunes, con un pensamiento latinoamericano, que supere el neoliberalismo keynesiano y establecer un esquema post keynesiano”, dijo.

A juicio de Fernández, la actual crisis alimentaria, financiera y energética pasó de una depresión a recesión, lo que revela una alta volatilidad del sistema financiero global.

Propuso a la Cumbre  que en el futuro se establezcan determinadas condicionalidades a los mercados a futuro, incrementando el precio de los contratos de un 5 a un 50%,  para las compras de alimentos y del petróleo, para evitar  la especulación no convencional en productos básicos.

Para el presidente dominicano, lo ocurrido con la crisis financiera e hipotecaria de Estados Unidos denota una gran crisis de valores en el sistema, por lo que debe surgir un pensamiento latinoamericano que supere los modelos capitalistas fracasados.

Estableció que antes que una declaración, los 33 presidentes deben establecer un plan de acción conjunto, dirigido a contener el impacto de la crisis y plantearse metas concretas, basadas en la solidaridad y la cooperación, como es el caso del programa energético de Petrocaribe.

Instó, en ese sentido, a que la Cumbre escoja un grupo de trabajo que elabore una guía de acción con iniciativas que contengan proyectos de infraestructura, energía y programas que ayuden a las poblaciones más desprotegidas.

Sugirió que la posición unificada de Latinoamérica  y el Caribe se lleve a la Asamblea General de la ONU, que debe convertirse en reunión especial, para ser planteada por el presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva.

Medidas

Reunidos en el complejo hotelero del nordeste de Brasil, los mandatarios abordaron, desde distintos puntos de vista, la crisis económica  mundial y en el caso de  los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Chile, Michel Bachelet, apoyaron la propuesta hecha en otros escenarios por Fernández, referente a que sea el G-192 que aborde el análisis y la adopción de medidas.  Se propuso  escojer un grupo de trabajo que elabore una guía de acción con iniciativas que contenga proyectos de infraestructura, energía y programas que ayuden a  naciones más pobres.