TEHERÁN. El presidente iraní Hasan Rohani dijo el martes que «no teme» que se critique en su país el acuerdo entre Irán y las grandes potencias sobre el programa nuclear de Teherán concluido en noviembre.

«No tememos el alboroto que provocan unas pocas personas» que critican el acuerdo, declaró el mandatario, tras reiteradas críticas de parlamentarios o de los poderosos Guardias Revolucionarios.   Varios diputados pidieron la creación de una comisión encargada de supervisar el trabajo de los negociadores iraníes, lo cual fue rechazado por el ministerio de Relaciones Exteriores de Irán.

En este contexto, una delegación de parlamentarios británicos, dirigida por el exministro de Exteriores Jack Straw llegó el martes a Teherán con el fin de proseguir los esfuerzos para normalizar las relaciones diplomáticas, congeladas tras el saqueo de la representación de Gran Bretaña en la capital iraní en 2011.   No estaba previsto que Straw se entreviste con Rohani.

Ambos participaron a principios de los años 2000 -el hoy mandatario iraní era jefe del equipo de negociadores de su país y Straw era el canciller británico- en intensas negociaciones sobre el programa nuclear iraní.

Los expertos de Irán y del grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) intentan definir desde hace dos meses las modalidades que permitan ejecutar el acuerdo alcanzado en Ginebra el 24 de noviembre último.

Dicho acuerdo prevé, entre otras cosas, que no habrá nuevas sanciones contra Irán durante un periodo de seis meses en el que Teherán también se ha comprometido a congelar el desarrollo de su programa nuclear.

El objetivo es sellar un acuerdo definitivo con Irán. Las grandes potencias sospechan que su programa nuclear civil esconde ambiciones de fabricar la bomba atómica pese a las reiteradas negativas de Teherán.