El jefe de Estado, Luis Abinader, en su condición de presidente del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), juramentó ayer a los cuatro nuevos jueces del Tribunal Constitucional (TC), al igual que al ratificado juez de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Francisco Ortega Polanco.

Tomaron juramento en un acto efectuado en el salón de Embajadores del Palacio Nacional, los magistrados del TC Eunisis Vásquez Acosta, María del Carmen Santana de Cabrera, José Alejandro Vargas y Manuel Ulises Bonelly Vega.

Los nuevos jueces sustituyen a Wilson Ramírez, Katia Miguelina Jiménez, Hermógenes Acosta de los Santos y Ana Isabel Bonilla, cuyo período venció en diciembre pasado.

En el caso del juez Ortega Polanco su periodo había vencido y el CNM lo ratificó en sus funciones en la SCJ, luego de agotar el proceso de evaluación correspondiente.

En la ceremonia participaron los presidentes de la SCJ, Henry Molina; del Senado, Eduardo Estrella y de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco.

Además, los también miembros del CNM, Mirian Germán, procuradora general de la República; el senador Bautista Rojas Gómez, el diputado Victor Fadul y Magda Nancy Salcedo, jueza de la SCJ, quien fungió como secretaria en las sesiones.

Los nuevos integrantes de la alta corte fueron seleccionados el viernes pasado, tras agotar cuatro jornadas de entrevistas.

El CNM comenzó las vistas públicas el pasado jueves 14 de enero y en total entrevistó a 65 aspirantes a formar parte del Tribunal Constitucional.

En el breve acto estuvo presente el presidente del TC, Milton Ray Guevara. Acompañaron al presidente Abinader, la vicepresidenta de la República, Raquel Peña, y el consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Antoliano Peralta Romero.

El Tribunal Constitucional está compuesto por trece miembros, quienes permanecen en su cargo por un único período de nueve años. La Constitución y la Ley núm. 137-11 establecen un mecanismo para la renovación gradual de la composición de este organismo cada tres años.

Este organismo fue creado por la Constitución del 26 de enero de 2010. Su misión es garantizar la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales. Fue concebido por la Constitución como el órgano supremo de interpretación y control de la constitucionalidad.

Las decisiones que dicta el Tribunal Constitucional son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado.