El presidente francés, Emmanuel Macron, que asistió a la derrota de su selección en la final del Mundial de Catar frente a Argentina, aseguró que trató de consolar a Kylian Mbappé, a quien dijo que tiene muchos años por delante.
“Es un gran jugador y es muy joven, le he dicho que solo tiene 24 años (en realidad los cumple el martes) y que tiene tiempo. Ya ha sido mejor goleador de un Mundial, ha ganado otro y ha llegado a una final. Yo estaba tan triste como él”, señaló el presidente.
“Le he dicho que nos ha hecho sentir muy orgullosos y que hemos perdido en el último aliento, que hemos estado cerca. El deporte es así”, agregó.
Macron indicó que sintió el partido perdido durante la primera parte, pero que en todo momento creyó “en la remontada”. “Es poco habitual pero pasa y lo hemos hecho de forma formidable. Lo que ha hecho Mbappé es algo extraordinario. Pero también el resto del equipo. Hemos recobrado la ambición”, dijo.
“En ese momento creía con todas mis fuerzas. Luego hemos hecho un segundo milagro volviendo de la nada. Y tuvimos la bola de partido”, indicó.
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Un muy abatido Kylian Mbappé, sentado sobre el césped y con la cabeza baja, recibió el consuelo del presidente francés, Emmanuel Macron, que bajó al terreno de juego a consolar a los jugadores “bleu”.
Las cámaras de televisión mostraron cómo Macron se agachó para hablar un rato con la estrella francesa, a la que dio también algunas caricias cariñosas. La final perdida a los penaltis fue un rudo golpe para Mabppé, a pesar de ser el mayor goleador de este mundial y de convertirse en uno de los dos únicos jugadores que han marcado tres tantos en una final mundialistas, ya que aspiraba a igualar al legendario Pelé como los únicos futbolistas en lograr dos mundiales, y consecutivos, antes de los 24 años.
Tras intentar consolar a Mbappé, que se quedó un rato más sentado y abatido con la mirada en el infinito, Macron saludó al seleccionador Didier Deschamps y a otros jugadores franceses.
Macron fue la principal figura del palco ya que el presidente argentino, Alberto Fernández, no viajó a Doha para esta final.
Las imágenes de televisión que periódicamente enfocaban al palco mostraban a un Macron inicialmente enérgico -apretando el puño con el canto de La Marsellesa antes de iniciar el partido- y luego aplaudiendo alegre el primer gol de Mbappé que dio esperanzas de un empate.
Y esa alegría se transformó en entusiasmo con el gol del empate, apenas dos minutos después, con el jefe del Estado francés poniéndose de pie y estirando ambos brazos.
Para el tercer gol francés, que volvió a empatar el partido y llevó la final a los penaltis, Macron ya se había quitado la chaqueta y arremangado la camisa.
Estuvo aplaudiendo.