El presidente Danilo Medina está obligado, para honrar su promesa, de restaurar la esencia virgen de Valle Nuevo, impedir cualquier actividad productiva y la presencia humana allí, para impedir la contaminación a la más poderosa y determinante red hídrica de la isla Hispaniola, que nace en esa área de bosque nuboso clave.
El día ocho del presente mes, un grupo de agricultores de Valle Nuevo, presumiblemente desalojados en 1992 por el presidente Joaquín Balaguer, Padre de la Ecología y del bosque dominicano, y que el presidente Leonel Fernández consintió retornar, uno de sus grandes anatemas como gobernante, igual a la haitianización antinacional que propició, se presentaron frente al Palacio Nacional para exigir al presidente Medina permitirle cultivos en Valle Nuevo.
Los agricultores de Valle Nuevo, pequeños y grandes como los herederos del gran deforestador sin reforestar que fue José Delio Guzmán, y que poseen en Valle Nuevo 130 mil tareas, gran parte cultivadas, saben que el presidente Medina ha dispuesto restaurar esa área clave donde nacen más de 900 fuentes acuíferas que es imperioso restaurar y preservar por encima de cualquier interés personal.
Recordamos que el presidente Balaguer ordenó al director de Foresta, ingeniero Miguel Francisco Amaro Guzmán, desalojar a los agricultores de Valle Nuevo, inclusive derribar una dacha que construyó el magnate Eduardo León Asensio, y que ahora, 25 años después, estamos ante la misma situación, que no debe degenerar en ópera bufa.
El presidente Balaguer dispuso asentar en El Seybo a esos agricultores, dotándole de viviendas y tierras para cultivar, como debe proceder el presidente Medina, preservar Valle Nuevo sin abandonar a los productores pequeños, y a los dos o tres grandes, reconvenirle que ya el tiempo de enriquecerse contaminando, perimió. Cero cultivo. Cero proyecto turístico. Restauración total.