El presidente Danilo Medina aprovechó la coyuntura de la VII Cumbre de las Américas que concluyó el día once de este mes en Ciudad de Panamá, para precisar al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, el respeto de República Dominicana a su fuero soberano, haciendo énfasis en rechazar imponer al país reglasen su política exterior.

En ese sentido, el presidente Medina categorizó al secretario de la ONU la imposibilidad de soportar la carga económica, humana, social y de salud de la inmigración ilegal del calamitoso vecino Estado de Haití, con quien RD comparte 70 mil kilómetros cuadrados que conforman la isla Hispaniola.

Residen de manera ilegal en RD más de un millón de haitianos sin documentación de su país de origen, una perversidad de los gobernantes haitianos como un gozne protagónico en su propósito fusionador de un solo Estado para toda la isla Hispaniola conforme el diseño de Tousaint L Overture interpretando a su manera el Tratado de Basilea del 22-05- 1795 por el que España cedía a Francia la parte Este de La Hispaniola.

La Ley 168-13 del Tribunal Constitucional establece la primnicia de salvaguardar la soberanía nacional, delineando la política migratoria del Estado dominicano, que ha generado un alud de controversias de aviesas interpretaciones tanto del espinoso vecino haitiano, países impulsores de la fusión, sus adláteres de ONG, y menudencias traidoras vernáculas, que completan el sainete de cuestionar la política migratoria dominicana.

El presidente Medina procedió enalteciente y vigoroso en la citada cumbre, y su política de amplia cobertura a los productores agropecuarios, crecimiento económico de un 5% este 20l5 conforme CEPAL y FMI, y apoyo a educación, le reputan alto. ¿Más allá de 20l6?.