El presidente Hipólito Mejía calificó anoche de inoportuno, perjudicial y peligroso para la paz social el paro nacional convocado para hoy y mañana por varias organizaciones populares y sindicales del país.

En un discurso difundido por radio y televisión, Mejía precisó que en plena temporada alta para el turismo, víspera de la celebración de la Serie del Caribe y próximo a las elecciones presidenciales, «la huelga resulta prejudicial a los sectores productivos y no contribuye a la solución de los problemas económicos que padecemos».

El jefe del Estado puntializó que en los actuales momentos el gobierno «no está en condiciones de satisfacer» el pliego de demandas de los convocantes del paro.

Mejía dijo que se identifica con muchas de las demandas de los sectores populares y sociales del país, porque conoce el sufrimiento que esa situación representa.

Afirmó que una gran parte de sus ejecutorias durante su mandato constitucional han estado dirigidas a mejorar la suerte de los más necesitados.

Dijo que su gobierno siempre ha estado abierto al diálogo y a la concertación, sin exclusiones ni preferencias, «lo que no aceptaremos nunca es la violencia y la alteración de la paz ciudadana».

«No permitamos que la insensatez de algunos imponga su voluntad a la mayoría y perjudique la bien ganada imagen que tiene nuestra nación de ser un oasis de paz, seguridad y progreso en el mundo», precisó el jefe del Estado.

Mejía reconoció que la huelga resulta un desahogo de la angustia que la crisis produce en la vida y en el alma de cada uno de los dominicano, «pero ningún partido o dirigente político con vocación de poder puede ignorar el sentido negativo de esta protesta».

Dijo que pretender sacar ventajas políticas transitorias de los dolores y sufrimientos del pueblo «es, además de torpe, una acción insensata, desaprensiva e irresponsable».

«Este gobierno ha respetado y respetará el derecho que tienen los ciudadanos a protestar de manera pacífica y civilista, como producto de un Partido que como el Revolucionario Dominicano ha hecho innegables aportes a la consolidación de la democracia nacional y de la gobernabilidad que disfrutamos», expresó.

El jefe del Estado precisó que el aspecto más crítico que golpea inmisericordemente los bolsillos de los dominicanos es la tasa de cambio, y calificó de «lacerante» esa situación, debido a que se mezcla la dura realidad de las leyes económicas y la ambición desmedida de los especuladores.

Aseguró que la tasa de cambio es la causante de los exorbitantes aumentos que se han producido en los precios de todos los bienes y servicios que consume la población, de la reducción del salario y del empobrecimiento real de los dominicanos.

«Gracias a Dios», explica el presdiente Mejía, los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) «nos garantiza que recibiremos cuantiosos recursos en dólares, de las instituciones multilaterales de financiamiento».

Aseguró que esos recursos permitirán hacer frente a los compromisos inmediatos del país con el exterior y continuar invirtiendo en la lucha contra la pobreza, «y no tendremos que desembolsar en el presente año más de 300 millones de dólares por servicio de la deuda externa».

«A esto se agrega que en el marco del acuerdo con el FMI, se ha incluido una reestructuración de la deuda bilateral con los países del Club de París», dijo.

En su discurso, Mejía hizo referencia a la crisis por la quiebra de 3 bancos nacionales, cuyas operaciones conjuntas superaban todas las operaciones consolidadas del sector financiero conocidas hasta entonces.

Dijo que esas tres instituciones afectaron a 800 mil cuentas y a su vez esa quiebra perjudicó a 2 importantes compañías de seguros que involucran 714 mil clientes.

Aseguró que la crisis económica que padece el país «no tiene su origen en la expansión desproporcionada del gasto público, tal y como lo reconocen los organismos internacionales».