Presidente, usted y el país pueden ser otros y mejores ¡Desde hoy!

Presidente, usted y el país pueden ser otros y mejores ¡Desde hoy!

Increíblemente, en la entrada de la cárcel de La Victoria alguien colocó un letrero con la siguiente leyenda: “Puedo, desde ahora mismo, ser una persona mejor”. 

Mucha gente tiene la idea fija de que puesto que hasta ahora nos hemos portado mal, no tenemos la opción de cambiar de modo de comportamiento.

Que, si, por ejemplo, nuestras autoridades han cometido una larga serie de faltas en contra de las leyes y las buenas costumbres, se hallan, por lo mismo, atrapadas en un modo de ser que no tiene variación posible.

Muchos políticos y funcionarios se encuentran comprometidos con asociaciones y estructuras de intereses espurios. Como también, que hay personas que tienen grandes ataduras psicológicas y espirituales, ancestrales o de cuenta propia, que les dificultan cambiar de estilo de vida o simplemente de actitud.

Pero la verdad más firme es que sí pueden cambiar y ser mejores personas y funcionarios desde el momento que lo decidan.

Por cierto que hay personas más libres que otras, y si algo ha querido garantizarle Dios al hombre es su capacidad de elegir, su libre albedrío. De hecho, el plan de Dios consiste precisamente en eso: a partir de un ser hecho de carne (de productos de la tierra) culturalmente condicionado, espiritualmente y mercadológicamente manipulado, obtener un ser capaz de ejercer el dominio propio, el amor  a Dios y al prójimo y todas las demás cualidades que surgen en un espíritu liberado del pecado y de la corrupción del mundo.

Es bien sabida la resistencia al cambio que tienen los individuos y las sociedades. Somos animales de hábitos, y muchos piensan que lo mejor es que las cosas sigan como siempre han sido.

Pero lo único permanente y necesario es el cambio, y que el proyecto de Dios se cumpla. En un discurso de meses atrás, el Presidente Fernández se quejó de la inercia cultural del clientelismo, que lo obligaba a seguirse manejando dentro de ese esquema. Y frente al Club de Leones en 2005, aseguró que “con autoridad moral se podía transformar el mundo”.

Pasadas las elecciones y al inicio de un nuevo período, el Presidente está en su mejor oportunidad para pronunciarse y hacer valer un nuevo pensamiento y proyecto de acción pública. Una cuenta nueva, moralizante e institucionalizadora. ¡Un nuevo país y un nuevo hombre dominicanos!

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