Presionan gobierno de Argentina

Presionan gobierno de Argentina

BUENOS AIRES (AFP).- Los movimientos sociales más radicalizados de pobres y desocupados intentarán poner en jaque la política del gobierno argentino de frenar las protestas callejeras al anunciar este domingo piquetes por sorpresa.

   El gobierno del presidente Néstor Kirchner produjo la semana pasada un viraje en su táctica de tolerancia con los piqueteros al frenar las marchas callejeras, en su afán por impedir una fuga de votos de la clase media para las próximas elecciones parlamentarias de octubre.

   «De ahora en adelante la metodología será no avisar donde se realizarán los piquetes o cortes de puentes, calles o avenidas», dijo en declaraciones radiales Juan Carlos Alderete, líder de la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

   Unos 1.300 policías militarizados, federales y bonaerenses armados hasta los dientes formaron murallas de escudos y pusieron freno el viernes a millares de piqueteros que intentaban cortar el estratégico Puente Pueyrredón, que une Buenos Aires con la periferia sur.

   Encuestas pedidas por el gobierno revelaron que a muchos argentinos, en particular de sectores medios, se les acabó la paciencia frente a las manifestaciones en las calles y reclaman poner coto a los piqueteros.

   «El gobierno está mostrando lo que es. Tengo mucho miedo a la represión pero prefiero perder la libertad antes que perder la dignidad. Si me meten preso mi familia va a sufrir mucho pero me van a aguantar», dijo Alderete.

   El giro en la táctica gubernamental significó también el viernes desplegar policías con carros de asaltos y camiones lanzadores de agua para impedir a los piqueteros concentrarse en la Plaza de Mayo frente a la Casa de Gobierno.

   «El Gobierno se nos burló nuevamente al impedir lleguemos al Puente y a la Plaza», dijo Alderete, uno de los dirigentes que fracasaron en su objetivo de ser recibidos el viernes por algún funcionario.

   La CCC, el Bloque Piquetero y la agrupación Aníbal Verón son las organizaciones de vanguardia de una ofensiva en demanda de un aumento de los subsidios al desempleo equivalentes a 50 dólares que cobran casi dos millones de personas.

   «Son conspiradores de ultraizquierda que no representan a nadie», había declarado recientemente el presidente Néstor Kirchner, en su empeño por recuperar la iniciativa y en un anticipo del endurecimiento frente a las marchas.

   El gobierno había logrado un éxito estratégico en el último año cuando dividió al movimiento piquetero al cosechar aliados entre algunas organizaciones poderosas.

   Otro acción bienvenida por la sociedad había sido conseguir que los piqueteros descubrieran sus rostos y no portaran palos, pero en las últimas protestas volvieron a verse encapuchados con garrotes en las manos.

   El desempleo en Argentina bajó ligeramente de 13% a 12,1% en el segundo trimestre, pero la suma de desocupados, subempleados y beneficiarios de planes sociales alcanza al 28,5% de la población económicamente activa de los 28 mayores aglomerados urbanos del país.

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