Que opositores al gobierno emplacen públicanente a su presidente, en este caso al Lic. Danilo Medina, a tomar tal o cual acción para enfrentar una situación determinada, o no reconocerles éxitos a la gestión, es entendible y aceptable, ya que para algunos, en democracia esa es parte de su función.

 Que comunicadores adversos y proclives al gobierno exijan públicamente a través de los medios donde laboran destituciones de funcionarios por las razones que entiendan valederas, también es entendible y aceptable, porque en democracia están cumpliendo con una de la razones de su existencia. Que dirigentes importantes del PLD hagan uso del método de opositores y comunicadores para una organización, que de acuerdo a su presidente, el Dr. Leonel Fernández, aspira a mantenerse en el poder por los próximos veinte años.

   Los peledeístas, y más si son miembros de su Comité Central o de su Comité Político, no pueden perder el sentido de pertenecer al partido de gobierno. No pueden perder de vista que cualquier pronunciamiento público respecto al presidente de la República, puede ocasionar situaciones indeseables no solo para el gobierno, sino para su propio partido. Si hoy el PRD atraviesa por una situación de ingobernabilidad interna, es entre otras cosas porque sus principales dirigentes han sido incapaces de producir las acciones disciplinarias necesarias para correr el desbordamiento indisciplinario vivido por esa organización.

 El presidente Danilo Medina ha dado demostraciones fehacientes de que es un gobernante que escucha a su pueblo. Si tiene la capacidad de durar horas departiendo con hombres y mujeres simples de la sociedad que no militan en su partido, con empresarios, sindicalistas, profesores, estudiantes, etc., sin lugar a dudas que a sus compañeros de partido le prestará la mayor de las atenciones. Es  por ello que constituye una desconsideración que miembros del Comité Central del PLD hayan escogido el escenario de los medios de comunicación para públicamente hacerte exigencias al presidente Medina. Y no es que al presidente no se le hagan cuantas sugerencias o cuestionamientos sean necesarios para enfrentar cualquier situación, es que se hagan sin la necesidad de crearle públicamente presiones innecesarias, que terminan convirtiéndose en ruidos entorpecedores.

 Los pronunciamientos públicos de los peledeístas deben ser para apoyar la majestuosa obra de gobierno que está llevando a cabo el presidente Medina. El gobierno está desarrollando una revolución en el campo dominicano en beneficio de cientos de miles de familias que antes les eran indiferentes a los gobiernos de turno. Nunca antes la educación pública había recibido tantos recursos económicos como ahora. Las oportunidades que están recibiendo  pequeños y medianos productores no tienen comparación con el pasado. En fin, el gobierno de Danilo Medina está centrado en la búsqueda del bienestar y el progreso para los sectores menos pudientes de la sociedad, y esto hay que resaltarlo, sobretodo, los peledeístas deben tomarlo como bandera en su gira por los medios de comunicación del país, y no las criticas ni las presiones innecesarias.

 Que las exigencias públicas a Danilo se las hagan sus adversarios políticos, no dirigentes miembros del Comité Central del PLD. Que las críticas y presiones públicas queden en manos de los movimientos juveniles de moda, pero no en manos de dirigentes del Comité Central del PLD.  Para que la pretensión de Leonel de durar el PLD veinte años más gobernando encuentre un clima interno partidario favorable, es necesario que los peledeístas, sobre todo los miembros de su Comité Central, canalicen cualquier inquietud o frustración de empleo, de manera moderada y prudente.

Solo si el liderazgo del PLD se mantiene unido apoyando la ejecutoria de gobierno del presidente Danilo Medina, podrá repetir en el 2016, y quién sabe si la pretensión de Leonel se convierte en realidad.