SAO PAULO, Brasil (AP).- Las autoridades aceptaron ayer la exigencia de los presos rebeldes en una remota ciudad de la región amazónica que pedían el retorno de su líder desde otro penal a cambio de la libertad de 207 rehenes. El preso fue llevado de vuelta pero la tensión continuaba pues los amotinados no daban señales inmediatas de que liberarían a los rehenes.

Armados de hierros afilados, los presos se sublevaron el domingo durante las horas de visita al penal Oso Blanco, en Porto Velho, la capital del estado de Rondonia, a 2.500 kilómetros al noroeste de Sao Paulo.

En abril del año pasado, en la misma prisión, estalló una violenta sublevación que causó la muerte de 14 presos. Algunos fueron descuartizados y sus miembros arrojados a la multitud desde el tejado. Los rebeldes tenían entonces a 170 rehenes en su poder.

Esta vez los presos dijeron que soltarían a los rehenes cuando uno de sus líderes, Edinildo Paula de Souza, fuese devuelto de la prisión a la que había sido transferido la semana pasada.

Paula de Souza fugó de Oso Blanco el 24 de noviembre por un túnel que abrió bajo el jardín del penal. Fue recapturado el 21 de diciembre y al día siguiente enviado a la prisión de Nova Mamoré, a 300 kilómetros de Oso Blanco.

«Hemos aceptado una de las demandas: traer de vuelta a Edinildo tan pronto como los rehenes sean liberados y tras una inspección para incautar drogas o armas’’, dijo Renato Eduardo de Souza, director del departamento de seguridad pública en declaraciones telefónicas. «Pero ellos no aceptaron y demandan que primero les entreguemos a Edinildo’’.

Otra exigencia de los presos, que las autoridades dijeron que no sería aceptada, es que el funcionario que ordenó la transferencia de Paula de Souza sea despedido.

Paula de Souza, de 27 años, es considerado un criminal altamente peligroso y sirve una sentencia de 30 años por asesinato y robo armado. La prensa local dice que fue quien articuló la rebelión de hace año y medio en Oso Blanco.

El director del penal dijo que la negociación con los rebeldes se reiniciaría en pocas horas más. «Esperemos que cumplan la promesa de liberar a los rehenes’’, dijo.

«Edinildo está en Porto Velho, retenido en la estación central de la policía civil, y estamos a la espera de que la rebelión acabe para devolverlo a Oso Blanco’’, dijo Lenilson Guedes, portavoz de la policía de Rondonia.

Un total de 190 mujeres y 17 varones está en manos de los rebeldes. Todos son parientes de los presos. No había confirmación de las versiones que decían que 10 presos habrían sido ejecutados durante la rebelión, dijo el director.

Al referirse a las imágenes de la televisión que mostraron a un grupo de presos sosteniendo el que decían que era el cuerpo de un prisionero colgando de cabeza desde una de las torres de agua del complejo, dijo que se había tratado de una treta «para intimidarnos. Lo subieron y se movió. Obviamente estaba vivo’’, dijo.

 El director informó que la mayoría de los 1.000 presos del penal tomaba parte de la sublevación. La prisión fue construída para albergar 350 presos.