La Habana, (AFP).- Cinco presos políticos cubanos aguardan su liberación y salida a España como inicio de una gradual excarcelación de 52 opositores concedida por el Gobierno, que llevaría al disidente Guillermo Fariñas a abandonar o flexibilizar una huelga de hambre que cumple 135 días este jueves.
Encabezados por familiares de presos políticos, opositores tratan de convencer a Fariñas, un periodista y sicólogo de 48 de años, de levantar el ayuno, apostados en el hospital de la ciudad Santa Clara, 280 km al este de La Habana, donde los médicos tratan de mantenerlo con vida.
La disidencia se movilizó luego de que el presidente Raúl Castro comunicó el miércoles al cardenal Jaime Ortega y al canciller español, Miguel Angel Moratinos, que cinco presos serán liberados «en las próximas horas» y otros 47 en un plazo máximo de cuatro meses.
Los 52 opositores son los que quedaban presos de un grupo de 75 condenados en 2003 a penas de 6 a 28 años, y su futura excarcelación, la mayor en una década desde la liberación de un centenar tras el histórico viaje del Papa Juan Pablo II en 1998, es fruto del diálogo instalado por Raúl Castro y el cardenal el 19 de mayo.
Fariñas inició su huelga de hambre y sed el 24 de febrero -un día después de la muerte del preso opositor Orlando Zapata tras 85 días de ayuno- para exigir la liberación de 25 reos políticos enfermos, por lo que el compromiso del Gobierno supera su demanda.
«Creo que podemos salvar a Guillermo Fariñas porque ya ganó», dijo el opositor Héctor Palacios, uno de los 75 y excarcelado en 2006 por razones de salud.
El médico opositor Ismely Iglesias dijo a la AFP que Fariñas estaría dispuesto a beber agua una vez sean liberados los primeros cinco; en tanto la madre, Alicia Hernández, dijo que su hijo anunciará decisiones este jueves, tras ser visitado el miércoles por un enviado del cardenal.
El Gobierno y la Iglesia guardan hasta ahora en hermetismo las identidades de los primeros que serán excarcelados, el procedimiento o el momento de las liberaciones.
Antes de partir de Cuba el miércoles, Moratinos afirmó que su país está dispuesto a recibir a la totalidad de los 52 liberados -con sus familias-, quienes podrían volver con un permiso especial y no perder sus propiedades en la isla, según le «garantizó» Raúl Castro.
Como resultado preliminar del diálogo entre el presidente y Ortega, el Gobierno liberó en junio a un preso muy enfermo y trasladó a otros 12 a cárceles en sus provincias. Otros seis serán reubicados en «las próximas horas» a la espera de su excarcelación.
Los cubanos estaban ajenos a esta situación, pero este jueves en un hecho inusual pues habitualmente ignora a la oposición, la prensa local, incluso el diario oficial Granma, informó a los cubanos de la liberación de 52 presos.
«Es un gran paso de avance para el Gobierno. La Iglesia pudo convencerlo de que esas medidas son un poco molestas para la población», comentó en una plaza de La Habana José Valdés, un químico de 50 años.
Afuera la reacción no se hizo esperar. La muerte de Zapata y el ayuno de Fariñas hizo de Cuba blanco de críticas de su histórico enemigo Estados Unidos y de la UE, que en 2003 impuso sanciones a Cuba por el caso de los 75 y las levantó en 2008 por gestión de España.
«Se abre una nueva etapa en Cuba», dijo Moratinos, quien con su viaje a Cuba para acompañar la gestión de la Iglesia allanó el camino para «convencer» a la Unión Europea de eliminar la Posición Común, que desde 1996 sujeta la relación con Cuba a avances en derechos humanos.
Este jueves, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, consideró la anunciada excarcelación como «tardía» pero «bienvenida», y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, la aplaudió y dijo «esperar una rápida implementación» del compromiso.
La comunidad internacional demanda reiteradamente la liberación de los presos políticos, un total de 167 según la disidencia. Cuba se niega a reconocer esa categoría y acusa a los opositores de ser «mercenarios» de Estados Unidos.