LA PAZ. Un préstamo de 190 millones de dólares de Bolivia a El Salvador abrió un nuevo frente de batalla entre el gobierno de Evo Morales y la oposición, que sostiene que el empréstito tiene fines políticos.
La oposición cuestionó que el gobierno haya echado mano de las reservas internacionales para comprar títulos de deuda salvadoreños a fines del año pasado con un interés de 1,7% cuando Bolivia paga tasas más altas por los préstamos que adquiere.
Nadie invierte en El Salvador que está próximo a entrar en default (cese de pagos) y yo llego a la conclusión de que es por compadrería política? con el gobierno del izquierdista Salvador Sánchez Cerén, dijo el senador Oscar Ortiz del frente opositor Unidad Nacional.
Pero el gobierno defendió la operación y el ministro de Economía Luis Arce dijo que el garante es el Banco Centroamericano de Integración Económica, que está obligado a pagar la deuda si el gobierno salvadoreño la incumple.
?Técnica, financiera y jurídicamente es una operación correcta, alegó Arce, aunque reconoció que no fue consultado para el préstamo autorizado por el Banco Central de Bolivia cuyo actual presidente Pablo Ramos dijo que el país espera cobrar la deuda en junio y ganar un interés de 3,3 millones de dólares.
Según Ortiz, sin embargo, las normas del Banco Central no permiten otorgar préstamos a países con alto riesgo.
Gracias al auge de los precios de las materias primas que duró ocho años y concluyó en 2012 Bolivia acumuló las mayores reservas internacionales de su historia que alcanzaron los 15.000 millones de dólares equivalentes a 50% del Producto Interno Bruto. Esto le ha permitido al gobierno amortiguar la desaceleración de la economía que el año pasado recibió 4.000 millones de dólares menos por exportaciones de gas y minerales.
Hasta ahora Bolivia había invertido en la compra de títulos de deuda de países como Francia, Inglaterra, Corea del Sur y Alemania, pero no de países del continente.