POR ELVIS LIMA
El hallazgo de una mano aparentemente de una mujer y varias osamentas ha reforzado la creencia entre los residentes del sector Los Coquitos, de Mendoza, en el municipio Santo Domingo Este, de que habría más cadáveres en la vivienda donde fue descubierta una fosa.
El hedor es constante, los comentarios no cesan, cada hora que pasa caras nuevas llegan al lugar para percatarse de la situación, mientras que en el interior de la vivienda perros realengos recorren el más mínimo escondrijo.
En tanto, hombres armados con palas, picos y machetes entre otras instrumentos excavan en busca de cadáveres.
El pasado jueves, la Policía y la Fiscalía de la provincia Santo Domingo luego de varias horas de requisas encontraron los cadáveres de un cabo policial que fue reportado como desaparecido el 16 de diciembre del año pasado, y el de un camionero el día 7 del presente mes.
Además de los cadáveres las autoridades encontraron el chasis de una motocicleta y una camioneta
La vivienda es propiedad de Joel Rodríguez Díaz, de 34 años, quien fue apresado junto a su esposa Jossy Rossana de León y un menor de cinco años.
La casa marcada con el número tres de la calle privada ya fue bautizada con el nombre de la casa de «los muertos», y es que penetrar a ella es como llegar a un camposanto, de una ciudad
lejana. Cuenta con seis amplias habitaciones, sala, cocina, baño y marquesina todos destruidos.
La parte trasera donde fue encontrado uno de los cadáveres tiene complejo de nicho, porque además de las construcciones existentes, fueron encontrados block, arena y varilla.
GRITOS Y DISPAROS
Los residentes del lugar dicen estar asombrados con los hechos ocurridos, y demandan de las autoridades seguir profundizando las investigaciones para evitar que situaciones parecidas se repitan.
«Yo no soy de aquí pero vivo cerca, antes de que se conociera el caso en varias ocasiones llegamos a escuchar gritos de personas que pedían auxilio, pero cuando uno salía nunca veía nada», afirmó Librada Pérez. Otros por el contrario aseguran haber escuchado por más de una ocasión sonido de disparos y personas «extrañas» caminando por el lugar.
Aunque la mayoría de los vecinos coinciden en que la pareja de esposos era muy tranquila, tenían la persecución de que algo extraño sucedía en el interior de la vivienda. «Esa gente nunca salían de esa casa, tenían una puerta de tola que no se veía nada desde afuera, a veces uno pensaba que ahí no vivía nadie», afirmó José Estévez, quien dijo tener varios meses conociendo la pareja.
Motorista pudo ser víctima
Un motoconchista que ofrece sus servicios en la carretera de Mendoza reveló a Hoy que en varias ocasiones el propietario de la vivienda, Joel Rodríguez Díaz, le abordó e incluso, intentó llevarlo a la residencia bajo el argumento de que tenía dificultades para caminar, pero él no cayó en la «trampa».
Teodasio Rodríguez afirmó que en la primera ocasión, Díaz lo abordó en horas de la tarde, pero la segunda vez, fue tarde de la noche.
«El me dijo que lo llevara a la calle privada, pero al llegar a la entrada de la casa, le dije que se desmonte que habíamos llegado, pero él no quería, y al ver mi resistencia optó por caminar el pedacito que faltaba a pie», aseguró Teodasio.