Presupuesto 2019: sigue la parranda

Presupuesto 2019: sigue la parranda

El malgasto gubernamental, especialmente cuando deriva en endeudamiento, es semejante a las parrandas, borracheras y derroches, que acompañan a quienes conciben esta época del año, como ocasión para utilizar recursos extraordinarios recibidos, no para mejorar sus condiciones de vida, sino para empeorarlas y quedar prisioneros de prestamistas.
Los emborrachamientos terminan afectando salud física y emocional de sí mismos y familiares, en ocasiones con manifestaciones violentas. Algo similar sucede derrochando gastos en compras que no satisfacen necesidades, ni siquiera superfluas.
Utilizar recursos para adquirir bienes o servicios que no mejoran condiciones de vida, más bien empeorándolas, termina siendo perjudicial. Si se financian con endeudamientos, terminan amarrándonos a financiadores.
En las finanzas gubernamentales, sucede lo mismo. Si los recursos se utilizan para lanzarlos al barril sin fondo de burocracia y subsidios improductivos, malgastos o gastos innecesarios, de baja calidad en el qué, como, cuando, donde y abultados por corrupción; no traducen mejoría en condiciones sociales de vida, pudiendo empeorarlas al habituar trabajo improductivo, inhibir capacidad de emprendimiento, transmitir ejemplo de mala utilización de recursos e inculcar cultura de corrupción.
Si los recursos utilizados no son propios sino prestados, vamos quedando, además, condicionados a financiadores y sus protectores.
No sería lo mismo si los gastos, aun financiados con deudas, estuvieran utilizándose adecuadamente: Invirtiéndose para incrementar acervo de capital y fomentando producción generadora de riquezas con que pagar deudas. O para mejorar directamente condiciones de vida. Ej: educación y salud.
Ese no es el caso dominicano desde hace tiempo y con el Presupuesto/2020 recién aprobado, la parranda sigue. Contiene gastos totales exageradamente superiores a ingresos (RD$246 mil millones), déficit por cierto subestimado por sobrestimación de ingresos en RD$55 mil millones.
De esos gastos, RD$723 mil millones corresponden a gastos (¿malgastos?) de consumo: burocracia, subsidios, intereses, compras, etc. Ante recaudaciones previsibles de RD$695 mil millones, faltarían RD$28milmillones para financiar el funcionamiento ordinario del gobierno.
Por esa parranda de gastos, no sobra nada para invertir. No se podrá siquiera bachear hoyos de caminos ni construir letrinas sin préstamos. Los RD$695 mil millones de impuestos que pagamos, serán lanzados al barril sin fondo.
Si agregamos amortización de deudas, faltarían RD$166 mil millones para cubrir cargas fijas. Pagar deuda vieja requerirá “engancharse” con nuevas.
Ojalá podamos evitar que la resaca de esa parranda que pudo evitarse no genere protestas como las escenificadas internacionalmente.
Porque de no obtener ese el financiamiento requerido y ante gastos aprobados por ley, el gobierno estaría tentado a alguna fuente financiera inorgánica, generadora de procesos devaluatorios e inflacionarios, perjudiciales a nuestra economía y población.

Como esa parranda apuntaladora del clientelismo emborrachador de electores contó con la complicidad de legisladores opositores; resulta imperativo procurar alternativas preventivas para evitar resacas muy dolorosas.

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